Emigración fuera de Marsella de Familias hacia provincias por empleos

Por: Luis Fernando Méndez Molina, escritor sancarleño.

Desde la colonización de Villa Quesada, luego de adquirir tierras por denuncios y ser bendecidos por grandes cantidades de hectáreas por el estado  para algunas familias, luego muchos hijos tuvieron que emigrar hacia centros de provincias como Alajuela y San José, porque el sembrar agricultura, siembra de café, tener vacas de ordeño y ganado de engorde muchas veces no daba para  pagar los estudios de todos sus hijos, que podríamos decir que eran de mínimo de 10 hasta casi 22 hijos, imaginasen que gran lucha constante  de sus padres para mantener a todos, en  sus caprichos.

Muchas de las Familias llegaron al asentamiento de los Ranchos que luego sería Marsella de Venecia, con sus numerosos hijos desde Zarcero, y otros lugares, como Naranjo, Poas, Grecia, San Ramon.

Los padres que luchaban día a día en sus tierras, y que algunos no observaron ningún progreso en el mantenimiento de esas fincas,  las entradas económicas eran muy bajas  para hacer frente con todos sus hijos para que se quedaran allí en Marsella de Venecia, en ese asentamiento se fueron de allí con el permiso de sus padres algunos y otros por decisión propia por la situación económica de la familia  y los hermanos mayores buscaban ayudar a sus padres con las necesidades de sus hermanos menores emigrando a buscar trabajo.

 Hablaremos de algunas personas, uno de los primeros que se fueron de acá fue un Colonizador,1-  Eulogio Miranda Picado su esposa, María Teresa Salazar Saborío, Familia Miranda Salazar, 2- Otro Colonizador, Juan Picado Castro, su esposa Ana Celidonia  Araya Chacón, Familia Picado Araya, 3- Félix Mejías Vásquez, su esposa Berenice Murillo Alvarado, Familia Mejías Murillo, Hubo una Familia Juan Camacho cabezas, luego 4- Paulino Molina Rojas, Falleció acá Marsella, su esposa Adela Rojas Familia Molina Rojas, se dirigen en carreta hacia Monterrey 5- Ernesto Arce Castillo, su esposa descendiente de un Colonizador, Ajuria Balsamina Mesen Miranda, Familia Arce Mesen, 6– Otros hijos de descendientes Colonizadores, como 7-Luis Víctor Méndez Murillo, su esposa Teodolinda Zulay Mesen Miranda, luego se estaría yendo mi padre con sus ocho hijos 8- Víctor Julio Méndez Mesen, su esposa Elba Etilma Molina Rojas, Familia Méndez Molina, 9- Francisco Miranda Montero  su esposa María Amelia Madrigal Huertas familia Miranda Madrigal. y de 10-Rigoberto Arguedas Arce, su esposa Marina Molina Rojas, aunque sus padres siempre permanecieron acá en Marsella, sus hijos se fueron, en busca de mejoras personales, Familia Arguedas Molina, también la familia de 11- Jaime Coto Acuña y esposa Adelia Salazar Morales familia Coto Salazar, la familia 12-Familia Vargas González, Emilio Vargas Hernández y su esposa Carmen Devora González Fernández, 13-Familia Camacho Cabezas también, Don José Molina Sánchez y su esposa Emerida Rodríguez Arce primer colonizador de las alturas paraíso de Marsella.

La proyección de padres Campesinos, humildes y sencillos sin estudios y que analizaron el sacar algunos de sus hijos hacia otro lugar, que proveerá empleos ya sea para superarse personalmente, en estudios, estar bien económicamente estable, nuevos conocimientos, profesión, tal vez no fue en vano, a pesar de muchos obstáculos que se tiene para un joven, desarrollarse en la ciudad, por no tener solvencia económica en su pueblo se sacrifican para tener buenos resultados.

Debieron sus hijos integrasen a la rutina laboral, para ayudar económicamente a la familia a solventar los gastos como el de alquiler de casa para algunas familias, gastos de los hermanos menores que iban a la escuela o colegio, vestimenta o simplemente la comendera de todos sus hermanos.

Y actualmente, ese asentamiento, Marsella de más de 100 años, no ha tenido un gran cambio de progreso, para las mismas familias que viven allí, no hay empleos con estabilidad, sobrevive el más fuerte, y las familias menos fuerte vera como se la juega.

Pozas del Guayabo en Marsella y en familia.

El agua vital para el ser humano.

San Carlos es muy bendecidos por muchos riachuelos, acequias, nacientes, ríos donde se desplazan por todas las llanuras de nuestro territorio. Me trasladare al pasado como en los años 70 y 80, Marsella era un pueblo de Café, lecherías ordeño a mano, Cañales y agricultura todos sembraban lo básico para el hogar.

Caídas de agua abundaban por todas partes

 

Como podemos notar Marsella tiene quebradas , Ríos , Nacientes,  pero hubo un tiempo que algunos colonizadores tuvieron que hacer hueco de pozo,  porque no tenía cerca agua para la casa, otros transportaban el agua desde lo alto en canoas de palmiteras o también bambú y así hacia el recorrido hasta la casas y luego llegaría el tubo en hierro para trasladar el agua por las calles, y luego llego el remplazó del tubo PVC, que hacía más fácil que llegase el agua a todos sin contaminar, pero luego se tuvo que hacer cajas almacenajes de agua en cemento, para recoger agua y así llegara  a todas las partes , hoy en día se construyeron tanques enormes en cemento y todo el trayecto de calles principales así nos beneficiamos del agua, que es agotable, y necesaria cuidémosla. 

Están los Ríos Toro Amarillo, Río Guayabo, Rio Torito, Quebrada los mudos, La flor, Quebrada el ternero, todos esos ríos proviene de lo alto de las montañas de Marsella, del parque Juan Castro Blanco, parque del Agua.

Qué lindo y muy hermoso el paseo en familia y amigos, vecinos, por los años 1960 ir a la ceiba, así se le llamaba a una de las pozas, y cuantos aprendimos a nadar allí, en aquel tiempo era una gran hermosa posa, cuando más estaba el día de verano y fuese un fin de semana eso era que ni cabíamos allá en esa posa, claro ni que hablar de los muchachos adolescentes mostrando sus destrezas de nadar de espalda, hacer clavados, consumirse a lo profundo, para hacer mas interesante muchas veces todos colaboraban en jalar piedras para obstaculizar el agua para agrandar la poza , también había en el padrón una enorme piedra el cual se tiraban desde arriba, en aquella época había mucha balsa donde cavos de trozos grandes uno se agarraba y flotaba y aprendía a patalear agarrado de la balsa. A veces escuchar la correntada del agua chocar con las piedras le daba una serenidad, escuchar sonidos de pájaros, tirar una piedra a la poza y escuchar el sonido, son y fueron grandes momentos, disfrutados grabados para siempre en la memoria.

Muchos eran mis tíos, tías primas, primas, hermanas y otros, vecinos y amigos, era un relajamiento venir en familia y más si se preparaba algunos bocadillos para comer bajo el gran y majestoso árbol de muchos años como el ceibo.

Todos pasábamos casi todo el día, nadando, escuchando, solo el correr del Rio entre sus piedras era relajante los pájaros cantar y allá a los lejos algunas vacas bramando, ese rio se llama el guayabo que también había que tenerle miedo en una crecida, cuando el agua empezaba bajar agua sucia, gente salgasen rápido porque podía venir una cabeza de agua.

Bueno algunas personas se preparaban consiguiendo neumáticos que ya existían en esos años, se inflaban, se tiraban a la poza con eso muchos se quitaban el miedo y también tucas de balsa, aprendían a nadar.

 Otros jugaban tirando piedras en la poza el sonido de todos los tiros eran diferentes y allí lo gracioso, acá en estos ríos nunca escuche de pescados, creo que no había y es que existían dos pozas famosas, acá Marsella la ceiba y la de Paco Mora, recuerdo si claro allí iban para variar un poco, eso queda en donde siempre han vivido la familia (Mora Mesen), calle antigua hacia rio cuarto, era gran cantidad de personas que llegaban a bañarse allí.

 También se preparaban con amigos o familiares, era muy barato el preparar en casa lo que se iban a comer y era muy cerca ambas pozas, pero la de (Paco) Francisco Mora Campos, si era más profunda, que la ceiba, pero era el mismo rio el guayabo así es esta historia de las pozas de nuestros antepasados, pero lo disfrutamos mucho y quedara en nuestras memorias para siempre.

Tal vez se preparaba un arroz con pollo, unas tortillas caseras y un fresco natural, o tal vez pan  con atún o queso o simplemente pan casero con fresco natural, o unos gallos de salchichón, un picadillo de papa en tortillas, picadillo de plátano , Fideos fríos con atún y mayonesa, huevo duro con tortilla, picadillo de fruta de pan que rico y a la orilla del rio, y escuchar el sonido del rio eso sí era disfrutar de salir de casa, que no se quería venir luego, muchos de nosotros aprendimos allí el nadar y quitarnos el miedo.

Todo cambia y todo pasa, los tiempos pasan y los años también, pero este recuerdo lo tengo en mi memoria para siempre, como si fuera ayer el alistar cosas, para ir a la poza ya sea con el tío o tía o primos, amigos, compañeros de escuela, o padres, era muy divertido, no dejemos pasar los recuerdos de nuestros pasados, sin contarlos, a las presente generaciones, y hacer salidas, aventuras y disfrutarlas, eso es quien nos identifica como orgullosamente, Marselleses.

Derechos de Autor; Escritor Luis Fernando Méndez Molina.

Libro; Nuestras Raíces Marsella de Venecia 2016.