La muerte del escritor José León Sánchez deja muchos un vació profundo en la literatura costarricense y muchos cuestionamientos del sistema carcelario por la clara violación de los derechos humanos en el sistema a mediados del siglo XX.
Fue en el año el año 1950 que se dio en Costa Rica uno de los crímenes más sonados en toda su historia; el robo de la imagen de piedra de la Virgen de los Ángeles. Fue tomada por asalto la Basílica de Los Ángeles, sede de la Patrona Nacional y símbolo de la religión católica en Costa Rica.
La imagen de los Ángeles fue despojada de sus joyas, valoradas en varios millones de dólares. En el robo, murió un custodio. José León Sánchez, quien tenía 20 años de edad fue acusado por su suegro, quien alegó que el mismo José León le entregó un botín de joyas.
Por estos hechos Sánchez fue torturado por las autoridades metiéndole en una muela cariada con un alfiler y introduciéndole en un oído palillos de fósforos para que brindara una declaración acorde con la acusación. Se convirtió en el ser humano más odiado en la historia de Costa Rica durante esa época.
Todos los abogados costarricenses firmaron un documento en el que aceptarían cualquier causa penal antes que defender legalmente al Monstruo de la Basílica.
Luego del robo el gobierno encabezado por don Otilio Ulate Blanco decretó tres días de duelo nacional y ofreció una recompensa de 50.000 colones a quien diera pistas que permitieran resolver el caso.
El 21 de mayo al ser casi las 6:00 pm la imagen apareció, pero los ornamentos, Aquello fue percibido como un milagro e inmediatamente en vehículos y a pie literalmente miles de personas desde las cercanías de Cartago y del resto del valle central se dirigieron en una improvisada romería a la vieja metrópoli para celebrar la recuperación de la imagen.
Cinco años después del suceso y después de una atropellada investigación, en ese momento no existía el OIJ sino una oficina de detectives adscrita al Ministerio de Seguridad, fueron llevados a juicio tres hombres acusados de planificar y ejecutar el robo, además del homicidio: Marco Antonio González Molina, quien murió asesinado en una revuelta mientras estaba encarcelado en 1956 en la Penitenciaría Central en San José, hoy Museo de los Niños, José León Sánchez pagó gran parte de la en el penal de San Lucas, donde recibió estas torturas y donde escribo su obra cumbre: «La Isla de los Hombres Solos»
Fue durante el gobierno de don José Joaquín Trejos Fernández (1966-1970)que José León Sánchez fue indultado gracias a sus méritos literarios. Pese a la libertad obtenida dio una pelea de décadas para que su nombre quedara limpio y en 1998 logró con una sólida argumentación jurídica que la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia considerara ineficiente el fallo que lo condenó el 21 de octubre de 1955 declarándosele absuelto con la figura de “in dubio pro reo” es decir por falta de pruebas