Conozca el excremento más grande nunca antes encontrada y que perteneció a un vikingo

Por Enséñame de Ciencia

En 1976 en la Ciudad de York (Reino Unido), bajo una antigua fábrica de dulces se dio uno de los hallazgos arqueológicos más sorprendentes. La denominada Lloyds Bank Coprolite, el trozo de excremento más antiguo, más grande y mejor preservado en el mundo, que data del siglo IX, perteneciente a un hombre: un vikingo.

Solo unos años antes, en 1972, se descubrieron diversos objetos del periodo vikingo como: monedas, zapatos, joyas, madera, cuero y huesos. Al igual que los restos de edificaciones como establos de animales, pozos y letrinas, que se conservaron gracias a que el suelo en algunas partes del asentamiento solía estar inundado y libre de oxígeno. Todos estos logros arqueológicos fueron suficientes para que en 1984 se inaugurara un museo.

Pero, ¿Por qué es tan importante para los científicos este excremento humano?, el estudio de su valor, permite revelar las características pasadas de los asentamientos vikingos que existieron durante miles de años en York, hasta la dieta que consumían la cual consistía en carne y grano, lo que explicaría por qué la muestra mide 20 centímetros de largo por 5 centímetros de ancho.

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Ahora bien, en este trozo de materia fecal humana fosilizada, se encontraron al menos dos tipos de parásitos intestinales: se hallaron cientos de huevos de tricocéfalos y gusanos, lo que en su momento le causó a este guerrero nórdico dolores de estómago, diarrea y otros síntomas gastrointestinales, indicando condiciones antihigiénicas y extremadamente sucias en el asentamiento vikingo.

El Dr. Andrew Jones, arqueólogo especializado en excrementos y parásitos, quien descubrió el legendario excremento de Lloyds Bankmenciona que era el más emocionante descubrimiento. 

En 2003, ocurrió un desafortunado suceso, cuando uno de los espectadores dejó caer accidentalmente esta pieza, el cual se rompió en tres pedazos. Actualmente esta hez se exhibe en el museo del Centro Vikingo de Jorvik de la Ciudad de York, Inglaterra, dentro de una caja de vidrio.