La fotografía post mortem también fue común en Costa Rica, como esta de un vecino de Zarcero hecha en 1919 en un viaje a Puntarenas

A principios de siglo y bien entrado el siglo XX era común que las familias tuvieran muchos hijos, y también que murieran antes de cumplir cinco años por las enfermedades y el raquítico sistema de salud que imperaba en el país, de ahí que las fotografías post mortem fueron una opción de recordar como era la persona en vida, algo que no todas las familias podían darse el lujo de hacer por carecían de recursos y porque los fotógrafos eran escasos.

Jesús Castro Blanco, (en la foto principal) fue un vecino de Zarcero que falleció luego de un viaje a Puntarenas en 1919, según contó a El Zarcero Joaquín Valenciano tío del fallecido. Como el viaje a esa provincia durante varios días a caballo, su hermanos que viajaban con él para disfrutar de las aguas del mar, decidieron busca un fotógrafo para hacerle una foto post mortem, debido a que traerlo en hasta Zarcero era muy difícil por el traslado.

Fue como de esta forma que Jesús Casto Blanco, pudo ser visto por sus familiares en Zarcero y su foto se inmortalizó por lo que esta practica representa hoy en día en nuestra sociedad.

Pero la fotografía post motem también fue muy común en algunas familias de Costa Rica, sobre todo las que contaban con mayor recursos para hacerlo en esos años.

  1. Antecedente a la Fotografía Moderna: Antes de la invención de la fotografía, retratarse era un privilegio de los ricos, ya que se requería contratar a un artista para pintar un cuadro. Sin embargo, con la llegada del daguerrotipo y la fotografía, se volvió posible retratar a personas de manera más realista y accesible.
  2. Se dice que la fotografía post mortem buscaba inmortalizar la imagen del familiar fallecido como era en vida, como una forma de conservar un recuerdo imperecedero. Estos retratos se realizaban con la intención de preservar la memoria del difunto y atenuar el dolor de la pérdida.
  3. En sus primeras etapas, estas fotografías eran escenificadas con maquillaje, accesorios y poses cuidadosamente diseñadas para que el difunto pareciera estar vivo. Estas imágenes a menudo presentaban al fallecido acompañado por miembros de la familia y en situaciones cotidianas.Con el tiempo, la práctica evolucionó y se abandonó la teatralidad. Las fotografías funerarias se volvieron más sencillas, retratando al fallecido en su lecho de muerte o en su ataúd.
  4. La difusión de máquinas de fotos y el revelado instantáneo permitió la fotografía de momentos felices desde el inicio de la vida de un niño, lo que llevó al declive de las prácticas de fotografía post mortem. Estas fotografías cumplían un propósito importante en el contexto de la época, ya que la muerte, especialmente la de niños, era más común. Servían como una forma de conmemorar a los muertos y de brindar cierta consolación a los deudos.

Este tipo de práctica refleja cómo las percepciones de la muerte y el luto han cambiado a lo largo del tiempo y cómo la fotografía ha desempeñado un papel en la manera en que recordamos y conmemoramos a nuestros seres queridos.