Aumento sismicidad pone en riesgo más deslizamientos en “Montaña Sagrada”

A un año del desastre ocurrido en esa región, se ha determinado que el terreno en el Parque Nacional Juan Castro Blanco sigue inestable, según mediciones recientes del Ovsicori, que alertan de un posible colapso inminente, detalla estudio del OVSICORI al medio Telenoticias q

Más de un año después del devastador deslizamiento que afectó 40 hectáreas del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco y tuvo un impacto significativo en la comunidad de San Carlos, la situación sigue siendo alarmante. Las lluvias previstas para la temporada podrían empeorar el panorama.

Aunque previamente se habían identificado grietas en la zona, nuevas mediciones del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional (Ovsicori-UNA) indican que otro deslizamiento es probable.

Esteban Chaves, sismólogo, compartió con Teletica.com los hallazgos de su investigación, la cual se basa en el análisis de datos obtenidos a partir de 10 nodos sísmicos instalados para monitorear el movimiento del terreno. La entrevista completa puede revisarse a continuación.

“Sabíamos que el terreno estaba en movimiento, pero ahora hemos confirmado que en el último año se ha desplazado más de cinco metros. Este movimiento es especialmente notable en dos áreas: una cerca de Pozo Seco, donde el cauce de un río ha cambiado, y otra entre el mirador y Pozo Verde. Además, en un lapso de 15 días detectamos más de 4,000 sismos de baja frecuencia, lo que sugiere un intenso fracturamiento de la roca entre la base y la masa inestable en la parte superior del deslizamiento”, detalla

Para el geólogo. Un desplazamiento considerable. Para dar una idea, en el volcán Irazú, después del colapso de 2020, los movimientos apenas alcanzaron unos pocos milímetros. En el caso de la Montaña Sagrada, el desplazamiento es mucho mayor, y está dirigido hacia el noreste, hacia el vacío dejado por el colapso anterior. Esto podría crear una situación en la que el material caiga si se produce otro colapso, especialmente si las lluvias aumentan.

Según el científico se han registrado grietas de más de un metro de ancho en la parte alta del deslizamiento, lo que indica fracturamiento en la corona, causado por la inestabilidad del terreno. Al analizar los datos sísmicos, descubrimos que la velocidad de las ondas en esa zona ha disminuido entre un 12% y un 14%, un descenso significativo en comparación con otras áreas afectadas por desastres naturales.

“Este descenso sugiere que el terreno está altamente fracturado y en constante movimiento. Las fracturas en la montaña ralentizan las ondas sísmicas, lo que indica un terreno inestable y en peligro de colapso” , cuenta Chaves

Según el geólogo están en proceso de instalar una estación sismológica semipermanente que proporcionará datos en tiempo real. Esto permitirá un monitoreo constante de los incrementos en la sismicidad y la posible formación de tremor, dándonos una mejor idea de cuándo podría ocurrir otro gran evento.

De acuerdo al criterio científico es claro: la montaña sigue deslizándose y existe un alto riesgo de colapso. La población debe estar preparada y las autoridades locales, junto con la Comisión Nacional de Emergencias, deben coordinar un plan de acción y alertas tempranas para mitigar posibles daños, detalla el experto. Me lo