El 11 de septiembre de 2024 se cumplen 23 años de los atentados terroristas del 11S, un evento que marcó un antes y un después en la historia de Estados Unidos y el mundo. Aquel día, el grupo terrorista Al Qaeda perpetró cuatro ataques coordinados, secuestrando aviones comerciales para estrellarlos contra objetivos clave. Dos de ellos impactaron las Torres Gemelas en Nueva York, mientras que un tercer avión se estrelló contra el Pentágono en Washington D.C. El cuarto avión, el vuelo 93 de United Airlines, no alcanzó su objetivo gracias a la intervención de los pasajeros, pero se estrelló en un campo en Pensilvania.
Estos ataques dejaron un saldo de casi 3,000 víctimas, alterando profundamente la política exterior de Estados Unidos, así como las percepciones sobre la seguridad global. El 11S condujo a la «Guerra contra el terrorismo», incluyendo las invasiones a Afganistán y a Irak, y a la implementación de medidas de seguridad drásticas, como la creación del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el endurecimiento de las políticas migratorias y de inteligencia en muchos países.
A nivel emocional y social, el atentado transformó la vida de miles de familias y dejó secuelas permanentes en la población estadounidense. Hoy, a 23 años, las imágenes del colapso de las Torres Gemelas y el heroísmo de los socorristas aún resuenan en la memoria colectiva. Los actos conmemorativos, como los servicios en la Zona Cero y la lectura de los nombres de las víctimas, siguen siendo un recordatorio de la vulnerabilidad humana, pero también de la resiliencia ante el terror.
En este aniversario, se pone en relieve no solo el dolor y la pérdida, sino también los efectos de largo plazo en la política, la seguridad, y la cultura. Los eventos del 11S siguen influyendo en la geopolítica contemporánea, así como en los debates sobre derechos civiles, privacidad y la lucha global contra el extremismo.