Diputado Ariel Robles comparte una publicación de Wiilliam Rodolfo Ulloa Bonilla donde se destacan 12 nombres que suenan para precandidatura presidencial en el partido de Chaves:
“La lista de precandidaturas presidenciales de los chavistas al iniciar 2025 ya superan la docena:
Marta Esquivel.
Laura Fernández.
Mauricio Batalla.
Carlos Valenciano.
José Miguel Villalobos.
Juan Diego Castro.
Natalia Díaz.
Edgar Espinoza.
José Aguilar.
Nogui Acosta.
Mireya Zamora.
Otto Guevara.
Edgar Silva.
Detalla Ulloa Bonilla que …”es lo que se lee en las redes sociales, sin embargo no será una elección democrática, no habrá convención o asamblea partidaria que elija la candidatura presidencial del chavismo.
Tampoco será volver a los tiempos del Club Unión, cuando unos pocos oligarcas decidían las candidaturas a inicios del siglo XX.
Será peor, una decisión autocrática de Chaves y Cisneros ya está designada como jefa de campaña.
Una práctica anti democrática semejante utilizó el PRI en México durante muchos años. Se imponía “el dedazo” y el pueblo hablaba del “tapado” para referirse al candidato que sería designado por el presidente de turno.
La masa hipnotizada se limitaría a apoyar a la persona ungida por Chaves, a quien seguirían hasta las celdas del infierno si así se los pide.
Nacería una autocracia electoral y se empezará a extinguir la democracia tica como la conocemos.
En términos sencillos de diccionario la autocracia es la “Forma de gobierno en la cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley”.
La autocracia electoral no está reñida con los sistemas multipartidistas, pero los comicios son cada vez menos libres y justos, a la par de la existencia de serias y crecientes limitaciones a las libertades de expresión y asociación. El Salvador, Hungría, Filipinas y Turquía serían ejemplos de lo que nos quieren imponer Chaves y Cisneros en Costa Rica.
Estamos a tiempo de cambiar el curso de los acontecimientos. Más que una autocracia electoral lo que se requiere es radicalizar la democracia costarricense, ciertamente la que tenemos está mostrando serias limitaciones para resolver los problemas (inseguridad, desigualdad, pobreza, salud, educación, infraestructura), pero la solución no es darle el poder a una sola persona sino que realmente se manifieste el poder del pueblo, no solo en las urnas, también en las decisiones trascendentales y en la gestión de los presupuestos públicos. En suma una democracia real más participativa”