Caño Negro, en el Cantón de Los Chiles, es un lugar de una belleza natural incomparable, donde la tranquilidad y la paz solían ser el sello de sus comunidades.
Sin embargo, hoy esa paz se ve amenazada por una creciente ola de inseguridad que afecta a todos sus habitantes.
De acuerdo con los vecinos robos y hurtos en viviendas, que antes eran hechos aislados, se han vuelto una constante fuente de preocupación y miedo para los vecinos.
Comunidades que alguna vez fueron un ejemplo de armonía ahora enfrentan la incertidumbre de no saber si pueden salir de sus hogares con tranquilidad o disfrutar de las actividades cotidianas sin temor a ser víctimas de algún delito.
Detallan los afectados que los espacios públicos, que antes servían como puntos de encuentro y recreación, se han visto invadidos por problemas derivados del consumo de drogas y alcohol.
La plaza de deportes, los parques y las paradas de buses, lugares que eran el corazón de la comunidad, ahora están marcados por una creciente inseguridad y la presencia de personas que no solo consumen sustancias ilícitas, sino que también están involucradas en actividades delictivas.
Además, los puntos de venta de drogas, especialmente los dedicados al narcomenudeo, siguen operando abiertamente en varios sectores de Caño Negro.
A pesar de las constantes denuncias por parte de los vecinos, las autoridades policiales no parecen tomar medidas eficaces para desmantelar estos centros de distribución.
Estos mismos puntos se han convertido en receptores de los artículos robados, lo que agrava aún más la situación.
El problema parece crecer día a día, con una sensación de abandono por parte de las autoridades encargadas de velar por la seguridad de los ciudadanos.
Es por ello que se hace un llamado urgente a las autoridades policiales, a la Fuerza Pública y a todas las instituciones involucradas en la seguridad, para que trabajen de manera más eficaz y coordinada en la mejora de la seguridad en Caño Negro.
Los habitantes de Caño Negro quieren recuperar la tranquilidad que alguna vez tuvimos, y es necesario que se implementen estrategias y políticas de seguridad que les permita vivir sin miedo, sin tener que preocuparnos por nuestra integridad física o la de nuestros seres queridos.