San José, Costa Rica. – El cristal, también conocido como metanfetamina, se ha convertido en una nueva amenaza para la salud pública en Costa Rica. Aunque durante años fue una droga poco común en el país, autoridades del Ministerio de Seguridad y del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) advierten sobre su creciente presencia, especialmente en zonas urbanas y cercanas a pasos fronterizos.
Este estupefaciente, que se presenta como un polvo blanco o pequeños cristales brillantes, tiene efectos devastadores en el cuerpo humano. Al ser altamente adictivo, su consumo puede generar una dependencia casi inmediata desde la primera dosis.
Efectos devastadores
Según expertos en salud mental y drogadicción, el cristal actúa sobre el sistema nervioso central, produciendo una sensación de euforia intensa, aumento de energía, disminución del apetito y alteración del sueño. Sin embargo, estos efectos iniciales son rápidamente reemplazados por cuadros severos de ansiedad, paranoia, alucinaciones, comportamiento violento y en casos extremos, psicosis.
“Las personas que consumen cristal pueden mantenerse despiertas por varios días, lo que deteriora rápidamente su salud física y mental. Se han registrado casos de pérdida de dientes, lesiones en la piel, y cuadros severos de esquizofrenia inducida por la droga”, afirmó la doctora Laura Chacón, psiquiatra del Hospital Nacional de Psiquiatría.
Ruta de entrada y distribución
Las autoridades señalan que el cristal ingresa al país principalmente desde México y Guatemala, donde su producción ha aumentado. En Costa Rica, su distribución se ha identificado en pequeñas cantidades en comunidades vulnerables, donde jóvenes se convierten tanto en consumidores como en microtraficantes.
La Policía de Control de Drogas (PCD) ha realizado decomisos en Puntarenas, Limón y la Gran Área Metropolitana. “Es una droga barata y poderosa. Una combinación peligrosa que la hace accesible y mortal”, indicó el comisario Sergio Vargas.
Reacción de la sociedad y medidas
Organizaciones comunitarias y centros de rehabilitación alertan sobre el impacto del cristal en adolescentes y adultos jóvenes. Muchos llegan a centros de atención con cuadros severos de adicción, y la recuperación se vuelve compleja debido al fuerte daño neurológico que provoca la sustancia.
El Ministerio de Salud ha comenzado campañas informativas en colegios y comunidades, mientras que se trabaja en una reforma para fortalecer las penas por tráfico de metanfetamina.
El cristal representa una amenaza silenciosa pero creciente en Costa Rica. Su alto poder adictivo y sus efectos devastadores en la salud mental y física exigen una respuesta inmediata y coordinada entre autoridades, centros de salud y la sociedad civil.