Se viene la Semana Santa y con ella ese merecido descanso que todos esperamos para ir a la playa, al río, a la montaña… o al sofá. Pero antes de empacar la hielera, la pandereta o la tabla de surf, aquí van unas sabias recomendaciones para vacilar con responsabilidad y no convertir el paseo en un “ay, Dios mío”.
1. No deje basura donde no va… ni siquiera “poquita”
Las playas y ríos no necesitan su envoltura de snacks, su botella de refresco ni su cucharita plástica. Si lleva cosas, llévese también su basura. La naturaleza no tiene personal de limpieza. Recuerde: si el lugar estaba limpio cuando llegó, debería quedar igual o mejor cuando se vaya.
2. Las plantas y los animales no son souvenirs
Sí, esa flor silvestre se ve bonita, y sí, el perezoso es adorable… pero déjelos donde están. No arranque plantas de la montaña ni se lleve animalitos del bosque. Ellos no caben en su casa ni en su jardín, y mucho menos en la hielera. Además, está penado por ley y por el buen gusto ambiental.
3. Coma con moderación… o al menos con estrategia
Sí, es temporada de miel de chiverre, arroz con leche, ceviche y tamal asado. Pero su estómago no es una bodega sin fondo. Disfrute la comida, pero no confunda vacaciones con maratón gastronómica. Recuerde que el único que debe rodar al final del paseo… es el balón.
4. Si va a manejar, no beba… ni una “poquita”
Esto es sencillo: si toma, no maneje. Y si maneja, no tome. No hay excusas, atajos ni compitas que valgan. Su seguridad y la de los demás vale más que cualquier trago o “ya casi llegamos”.
5. Tómese un rato para meditar… o al menos para apagar el celular
Semana Santa también es pausa, reflexión, conexión con uno mismo. Si puede, respire hondo, apague el ruido y escuche el canto de un ave, el sonido del río o ese pensamiento sabio que a veces se asoma cuando uno baja la velocidad.
Disfrute, vacile, descanse y comparta, pero sin hacer loco.Que esta Semana Santa deje buenos recuerdos… y no basura, multas o remordimientos.
