Óscar Arias habla con la pausa que da la experiencia de 84 años y la seguridad de quien ha sido presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz. “Estoy orgulloso de mi trayectoria política”, dice con convicción. No lo menciona por vanidad, sino para dejar claro —en entrevista con BBC Mundo— que no le preocupa haber perdido su visa para ingresar a Estados Unidos, un hecho que él mismo dio a conocer días atrás.
La administración de Donald Trump no ha explicado públicamente los motivos de esa decisión. Arias asegura que la notificación le llegó por correo electrónico, sin más detalles. Ante la consulta de BBC Mundo, un portavoz del Departamento de Estado se limitó a decir que “los registros de visados son confidenciales conforme a la ley estadounidense”.
Arias, quien gobernó Costa Rica en dos periodos (1986-1990 y 2006-2010), sospecha que la revocación está relacionada con sus posturas críticas hacia el fortalecimiento militar de Estados Unidos, su política hacia China y la figura del propio Trump, a quien compara con un emperador romano.
A su juicio, Trump comparte con el actual presidente costarricense, Rodrigo Chaves, una forma de ejercer el poder que convierte a los críticos no en adversarios legítimos, sino en enemigos personales.
En la conversación telefónica con BBC Mundo, Arias repasó su larga y, a veces, tensa relación con Washington, desde los choques con Ronald Reagan en los 80 hasta su lectura actual del panorama político estadounidense.
Sobre la revocación de la visa
Cuando se le pregunta si ha recibido alguna información nueva sobre la decisión, responde tajante: “No. Solo me informaron que tengo derecho a volver a solicitarla, pero no lo he considerado”.
Con el paso del tiempo, Arias relaciona la medida con otras acciones similares. Menciona que también se revocaron visas a diputados opositores costarricenses que criticaron un decreto del gobierno que excluía a Huawei de participar en licitaciones de tecnología 5G. Incluso algunos funcionarios del ICE expresaron su preocupación ante la exclusión de la empresa china, que antes había ganado licitaciones para redes 3G y 4G.
¿Una represalia por sus opiniones?
“No necesariamente buscan silenciarme, pero claramente hay malestar por cosas que he dicho”, comenta. Señala que su cercanía con China y sus críticas al expresidente Trump podrían haber influido. “No me sorprende. Llevo años señalando los excesos del gasto militar de EE.UU. y defendiendo la necesidad de invertir más en las personas que en las armas”.
He recibido 93 doctorados honoris causa y el 90% son de universidades norteamericanas: me la pasaba recibiendo doctorados en las universidades más prestigiosas de EE.UU.
Y siempre aproveché para ser crítico de EE.UU., francamente. A alguna gente no le gusta la crítica. A mí me han criticado, pero la crítica me ha fortalecido y enriquecido espiritualmente, me permitió enmendar ideas cuando consideré que tenían razón.
Su legado político
Arias recuerda con orgullo sus dos mandatos. En el primero, impulsó un plan de paz que logró terminar con los conflictos armados en Centroamérica, enfrentando la presión de las grandes potencias. “Los pequeños países logramos silenciar las armas sin recurrir a la fuerza”, dice.
En su segundo gobierno, lideró el ingreso de Costa Rica al tratado de libre comercio con EE.UU. y Centroamérica, decisión polémica que requirió un referéndum. También destaca la aprobación del Tratado sobre el Comercio de Armas por la ONU, impulsado por su Fundación para la Paz. “Ni uno solo de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad lo firmó, a pesar de ser los mayores exportadores de armas”, lamenta.
Relación con Reagan
La relación con el presidente Reagan fue “muy tensa”, recuerda. “Le dije en su cara que no lo apoyaría en una salida militar para Centroamérica”. Luego de una visita a la Casa Blanca en 1986, regresó a Costa Rica para redactar su plan de paz, el mismo que presentó a líderes en América y Europa y que recibió apoyo internacional. “Reagan quedó solo con su idea de financiar a la contra nicaragüense”, afirma.
Una visión crítica del presente
Arias considera que EE.UU. ha cambiado poco en su obsesión por el poderío militar. Critica que el país destine cerca de un billón de dólares a defensa mientras recorta fondos para ayuda humanitaria y cooperación internacional. “Hablo de congelar o reducir el gasto militar porque no tiene sentido seguir armándonos mientras millones pasan hambre”, argumenta.
Sobre la política exterior de Trump
Cree que la confrontación con China responde a una lógica histórica estadounidense de buscar enemigos. “Después del nazismo, el comunismo y el terrorismo, ahora es China”. Ve con preocupación cómo se favorece el bienestar corporativo sobre el social y lamenta que Trump imponga aranceles sin considerar las consecuencias. “Eso solo traerá inflación, desempleo y menor crecimiento”.
El impacto en América Latina
Considera que América Latina no siempre puede oponerse con firmeza a EE.UU. “No es fácil enfrentar a un emperador. El que lo hace, paga un precio”. Ejemplifica con los casos de Petro y Bukele, y asegura que Costa Rica hoy está “completamente alineada con Washington” y ha roto sus lazos con China.
Relación con China y Taiwán
Arias defiende su decisión de 2007 de establecer relaciones diplomáticas con China. “No se puede ignorar a la segunda potencia económica del mundo”. Asegura que seguir ese camino era lógico, igual que lo hicieron otros países de la región.
Una apuesta por el diálogo
Finaliza reafirmando su creencia en el diálogo como herramienta para resolver conflictos. “El axioma romano de ‘si quieres la paz, prepárate para la guerra’ es una barbaridad. Necesitamos flexibilidad, humildad y voluntad de ceder para construir un mundo más justo”.