Creencias de antaño en Semana Santa en Costa Rica: lo que se podía hacer y lo que no

En tiempos pasados, la Semana Santa en Costa Rica no solo era una fecha de profunda religiosidad, sino también de respeto por una serie de creencias populares que marcaban el comportamiento de las personas durante esos días. Muchas de estas costumbres, transmitidas de generación en generación, influían en las actividades cotidianas y se tomaban muy en serio.

A diferencia de las numerosas prohibiciones que existían —como bañarse en ríos por miedo a convertirse en pescado o evitar el uso de machetes para no atraer desgracias— también había ciertas acciones que sí se permitían, siempre que fueran en armonía con el recogimiento de la fecha.

Entre lo que se podía hacer durante la Semana Santa destacaban las visitas a los templos, rezar el rosario, participar en procesiones, escuchar música sacra y dedicar tiempo a la reflexión personal. Muchas familias aprovechaban para compartir en casa en un ambiente tranquilo, sin bullicio ni fiestas, mientras se preparaban comidas especiales como el arroz con leche, empanadas de chiverre y otras recetas tradicionales que no incluían carne roja.

Además, era común ver a las personas realizando labores sencillas como barrer el patio, cuidar a los animales o hacer pan casero, siempre con la conciencia de que se trataba de una semana santa y no de vacaciones.

Hoy, muchas de estas creencias han quedado en el recuerdo, pero siguen siendo parte importante del patrimonio cultural costarricense, reflejo de una época en la que la fe y las tradiciones guiaban el día a día del pueblo.

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