Puntarenas, Costa Rica – 20 de abril de 2025
Después de unos días de descanso en las paradisiacas playas de Cóbano —donde el estrés presidencial se lava con agua salada—, el presidente Rodrigo Chaves decidió regresar a la capital como cualquier mortal: abordó el ferry Tambor III, donde no faltaron las selfies, las charlas improvisadas y hasta los que le preguntaron por los precios del arroz mientras se mareaban un poco con la marea.
Durante el recorrido marítimo, el mandatario aprovechó para hablar con los pasajeros, escuchar inquietudes, y compartir uno que otro chiste político que, según testigos, “pegó más que algunas de sus promesas de campaña”. La escena fue tan pintoresca que algunos bromearon con que solo faltó una guitarra y un karaoke para convertir el ferry en un “Chaves-crucero presidencial”.
Lo cierto es que el gesto fue bien recibido: cercanía sin corbatas, sin casa presidencial y con viento en la cara. Aunque eso sí, más de uno se quedó esperando que también anunciara una reducción del precio del boleto… pero bueno, eso será para otro viaje.
Así, entre abrazos, risas y mar picado, Chaves navegó de vuelta a San José. Porque en Costa Rica, incluso el presidente tiene que hacer fila para desembarcar.