Diputada Andrea Álvarez advierte sobre “coqueteo con el autoritarismo” del presidente Rodrigo Chaves
San José, Costa Rica – En una jornada legislativa marcada por la tensión y los señalamientos directos, la diputada del Partido Liberación Nacional (PLN), Andrea Álvarez, lanzó este jueves una contundente advertencia contra el presidente Rodrigo Chaves, a quien acusó de estar debilitando la democracia costarricense y de acercarse peligrosamente al autoritarismo.
“Lo que estamos viendo no es solo una forma desafiante de gobernar, sino un patrón preocupante”, expresó Álvarez, quien incluso comparó al mandatario con líderes que han concentrado poder en otros países de la región. “Cuando un presidente empieza a hablar de ‘sangre’ como parte del sacrificio por su causa, se cruzan líneas peligrosas”, agregó, haciendo referencia a un video en el que Chaves cita la famosa frase de Winston Churchill y menciona: “Le vamos a poner esfuerzo, sudor, lágrimas y si hubiese necesidad, sangre”.
Para la diputada, esa frase no es un simple recurso retórico. “Es la primera vez que escucho a un presidente costarricense hablando de sangre como posibilidad. No podemos quedarnos callados ante eso. No es simbólico, es alarmante”, dijo durante su intervención en el plenario.
Además de las palabras del mandatario, Álvarez criticó la narrativa de “presidente salvador” que, según ella, ha sido construida alrededor de Chaves. “Este gobierno ha querido vender una fantasía, donde él es el héroe que viene a hacer justicia, pero la realidad es otra. Ni siquiera respeta a sus aliados. Los sacrifica cuando le estorban”, afirmó.
También señaló que los constantes enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Congreso no nacen de un deseo legítimo de transparencia, sino de una incapacidad de aceptar el control político. “Nos ataca porque aquí hemos frenado proyectos mal hechos y propuestas sin sentido. No porque le estorbe la corrupción, sino porque le estorba la democracia que pone límites”, dijo Álvarez.
Uno de los puntos más delicados de su intervención fue la acusación directa sobre el posible objetivo del oficialismo en las elecciones de 2026: alcanzar una mayoría legislativa para influir en nombramientos clave del Estado. “Quieren 40 diputados para tener el poder suficiente de nombrar magistrados y cargos estratégicos, no por país, sino para protegerse y evitar rendir cuentas. ¿Para qué más querrían tanto poder?”, cuestionó.
En un discurso que provocó incomodidad en algunos sectores del plenario, Álvarez también advirtió sobre los riesgos de seguir ignorando señales de concentración de poder. “Yo sé que es una comparación fuerte, pero no podemos taparnos los ojos. Si hemos criticado regímenes autoritarios como el de Hugo Chávez, tampoco podemos ser ciegos ante lo que pasa en nuestra casa”, sentenció.
Finalmente, hizo un llamado a la unidad dentro de las fracciones opositoras: “No es momento de divisiones. Tenemos diferencias, sí, pero en este último año de gobierno debemos estar juntos. El verdadero adversario está en Zapote, y nuestra misión en 2026 debe ser clara: impedir que se perpetúe un modelo que amenaza nuestras instituciones”.
Las declaraciones de Álvarez marcaron uno de los momentos más críticos del actual pulso entre el Legislativo y el Ejecutivo, evidenciando que el clima político se tensa a medida que se acerca el año electoral. ¿Será este el inicio de una nueva etapa de confrontación entre poderes? ¿O una alerta temprana que convoca al país a reflexionar sobre el rumbo democrático de Costa Rica?