Explotan redes por comentario inapropiado de Chaves: “No todo se puede decir como si nada”

El presidente Rodrigo Chaves volvió a encender las redes sociales, esta vez por un comentario que, aunque posiblemente sin mala intención, fue percibido como fuera de lugar en el contexto actual de una sociedad cada vez más sensible —y con razón— frente a temas como el abuso y las relaciones inapropiadas.

Durante una actividad pública, el mandatario soltó una frase que no tardó en viralizarse, generando molestia, incomodidad y una ola de críticas. Chaves pidió una niña para llevársela , hacerla suya, y luego devolverla graduada de universidad.

Para muchos, se trata de otro ejemplo de lo que parece ser su estilo impulsivo y poco filtrado a la hora de hablar, sin medir del todo el impacto que sus palabras pueden tener en una población que ha luchado durante años por visibilizar y erradicar comportamientos nocivos normalizados.

En redes, los comentarios no se hicieron esperar. Desde quienes exigen una disculpa pública hasta quienes lo defienden con el argumento de que “no fue con mala intención”, el debate no es menor: ¿hasta qué punto un jefe de Estado puede permitirse ese tipo de expresiones?

En una sociedad que ha dado pasos firmes en la lucha contra el abuso, las bromas ambiguas, los dobles sentidos y los comentarios “sin filtro” ya no pasan desapercibidos. Y menos aún si provienen del máximo representante del país. Porque si bien una frase puede parecer inocente para algunos, para otros puede reforzar estereotipos, revivir heridas o simplemente resultar ofensiva.

Este nuevo episodio deja en evidencia un problema que no es nuevo en la figura presidencial: un lenguaje sin filtros, directo, que a veces raya en lo imprudente. Y aunque no siempre haya una mala intención detrás, las palabras importan. Más aún cuando se pronuncian desde una tarima con micrófono y bajo la mirada de todo un país.

Tal vez es hora de que el presidente Chaves entienda que gobernar también implica saber cuándo callar, cómo hablar y, sobre todo, a quién se le está hablando. Porque Costa Rica no es la sala de su casa: es una sociedad que se esfuerza cada día por dejar atrás las heridas de la impunidad y el irrespeto.

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