— En la telenovela política del Partido Liberación Nacional (PLN), el aspirante presidencial Álvaro Ramos dejó claro este lunes que, aunque respalda con entusiasmo a la diputada Andrea Álvarez, no piensa incluir a su padre, Antonio Álvarez Desanti, ni como actor de reparto.
“Ella y su papá no son la misma persona”, repitió Ramos como quien intenta convencerse a sí mismo, mientras lanza una señal inequívoca a quienes sospechan de una posible alianza familiar en la interna liberacionista: aquí hay apoyo para la hija, pero el apellido no viene con pase automático a la campaña.
El mensaje llega justo después de que Desanti apareciera en escena con una carta dirigida al partido, expresando su inconformidad con el proceso de reorganización. Como quien dice: “aquí sigo, por si me necesitan”.
Pero Ramos, decidido a lucir moderno y libre de “residuos históricos”, fue tajante: “No quiero respaldo político ni financiero de don Antonio”. O lo que es lo mismo: gracias, pero no gracias.
Eso sí, la diputada Álvarez cuenta con todo su respaldo… político, claro. Porque, aunque lleve el mismo apellido que uno de los barones tradicionales del PLN, Andrea tiene, según Ramos, “voz propia, pensamiento propio y hasta WhatsApp propio”.
Así, el precandidato intenta una jugada quirúrgica: quedarse con la juventud, la imagen fresca y progresista de Andrea, mientras deja a su papá en la sala de espera del partido. Una especie de “sí, pero no; contigo sí, con tu papá jamás”.
En resumen, Álvaro Ramos le dice al PLN —y al país— que su visión de futuro incluye renovación, pero con filtros selectivos. Porque en política, como en ciertas reuniones familiares, hay personas que uno quiere mucho… pero mejor desde lejos.
