Artículo reproducido del Museo Nacional
Por Cleria Ruiz,arqueóloga
Para muchas personas las perforaciones en el cuerpo pueden ser una moda o una costumbre de otras culturas; pero en nuestras comunidades indígenas prehispánicas, las personas de cierto rango tenían perforaciones en distintas partes del rostro, sobre todo a nivel del lóbulo de las orejas, que se ataviaban con diversos adornos que se conocen como orejeras.
Estas expresiones pueden ser modificaciones temporales como el maquillaje, el vestido o el peinado como parte de una ceremonia o celebración en particular.
Expresarse con el cuerpo es una práctica muy antigua y que varía entre las distintas sociedades, e incluso entre los distintos grupos que conforman un mismo grupo social.
Otras modificaciones son permanentes, como los tatuajes o las perforaciones. Comúnmente son realizadas en momentos significativos de la vida como expresiones de cambio, madurez, estado civil; también se hacen por belleza o como signos de identidad.
Un personaje pintado desde la cabeza hasta los pies, con expansiones en las orejas y colgantes de oro en hombros, rodillas, nalgas y abdomen, no es una persona común, su presencia impone. Figura del tipo Galo policromo, Guanacaste (500-800 d.C.)
Además de las expansiones y pintura corporal, también se encuentran representadas escarificaciones (marcas cicatrizadas) en los brazos y el pecho en los pueblos que habitaron la parte central del país. Figura de mujer del tipo Pavón Anaranjado (300-800 d.C.)
Orejeras precolombinas de la colección del Museo Nacional de Costa Rica. Foto: archivo DPPC – MNCR.
OREJERAS: JOYERÍA DE LARGA DURACIÓN
Modificar o alterar la apariencia es una práctica muy antigua y se hace por diversas razones. Entre los antiguos habitantes de Costa Rica las perforaciones se las realizaban mujeres y hombres de prestigio.
En Costa Rica la expansión de los lóbulos de las orejas es una práctica que se remonta al menos 2500 años en el pasado y se continuó su uso hasta la llegada de los europeos. Cronistas como Fernández de Oviedo (1855) dejaron registro de este tipo de práctica “los miembros de la clase alta acostumbraban horadarse el labio inferior, la nariz y las orejas con botones de oro o con objetos de jade, hueso o arcilla”.
Es una de las modificaciones corporales prehispánicas de las que más evidencias hay. En la colección de arqueología sin contexto del Museo Nacional de Costa Rica hay alrededor de 140 orejeras, encontradas en distintas localidades de todo el país como Guápiles, Pococí, San Carlos, Liberia, Carrillo, Pérez Zeledón, entre otros.
Se han excavado orejeras con diversidad de tamaño, forma y materia prima. Todas demuestran la maestría alcanzada en la lapidaria y orfebrería. Foto: archivo DPPC-MNCR.
¿QUÉ ES UNA OREJERA?
Las orejeras son adornos que se colocan en las orejas. Para usarlos la persona debe pasar por un proceso de estiramiento del lóbulo.
Una perforación pequeña y sana va aumentando su tamaño con la colocación de piezas de diámetro cada vez más grande, en un proceso que se hace lentamente para evitar que el lóbulo se desgarre y que puede requerir de años para llegar al tamaño deseado.
Entre los restos arqueológicos de antiguas poblaciones indígenas se encuentran figuras y esculturas que lucen desde sencillas orejeras cilíndricas, muy similares a las modernas expansiones, hasta otras más elaboradas con sonajero y diseños en el frente.
Una orejera es la pieza que se inserta en un orificio hecho en el lóbulo de la oreja, el cual se va agrandando lentamente con la introducción de adornos de diámetro cada vez mayor.
Las usaban tanto hombres como mujeres de cierto prestigio o posición social alta. En las representaciones los personajes tienen otras características como cabezas grandes, asientos, collares, tocados y pintura corporal.
En los contextos funerarios también se encuentran asociadas a otras ofrendas de valor como vasijas policromas y colgantes de oro o jade.
En la región arqueológica de Guanacaste se encuentran vasijas y jarrones con detalles de personajes con orejeras, pintura facial y tocados (Pataky policromo, 1000-1350 d.C.)
En la región arqueológica de Guanacaste se encuentran vasijas y jarrones con detalles de personajes con orejeras, pintura facial y tocados (Pataky policromo, 1000-1350 d.C.)
TIPOS DE OREJERAS
Se modelaron en arcilla, piedras de diferentes colores, principalmente las de tonos verdes y se tallaron y pulieron. Se fabricaron en materiales orgánicos como la concha y el hueso y metales como el oro y el cobre combinados. Es muy probable que también se hicieran en madera, pero que por las condiciones ambientales de nuestro país no se han conservado.
En la colección sin contexto del Museo Nacional de Costa Rica, la mayor cantidad de orejeras son de arcilla (57), seguidas por las de oro (34), piedra (26), concha (23) y en menor cantidad hueso (2). Los materiales orgánicos requieren de condiciones especiales para su conservación.
La mayoría de las orejeras que se encuentran en el país son de una sola pieza, también hay algunas que están formadas por dos partes, la orejera y una tapa o adorno.
Hay dos tipos de orejeras, las que se insertaban en el lóbulo y las que estaban formadas por dos partes, la orejera propiamente y un palito del que se colgaban adornos o una tapita. En Costa Rica las primeras son las más comunes y por su forma se pueden clasificar como tapón, tapón cerrado, tapón relleno, carrete, cónica, bicónica, tubular, media luna y de filigrana.
La forma como se decoraron las orejeras también varía. Algunas eran aros sencillos, otras más elaboradas presentan líneas o muescas al frente, las hay con el frente relleno y otras son cerradas con sonajero, algunas tenían un pequeño gancho o una extensión muy llamativa.
PERFORACIONES EN LA OREJA
Más que accesorios hermosos, las orejeras cumplían una función social creando lazos de unión entre quienes podían usarlas y transmitían información para los otros miembros de la sociedad y para quienes llegaban de fuera; al no ser de uso común, las orejeras eran emblemas de distinción.
Las expansiones de los lóbulos requieren de cuidados y paciencia, porque la abertura se va agrandando poco a poco. Figura del tipo Mora variedad Guabal (800-1200 d.C)
EXPANSIONES ACTUALES
La costumbre de perforarse o expandir el lóbulo de la oreja se abandonó rápidamente; para finales del siglo XVI no hay referencias sobre esta práctica ni se reportan las orejeras como tributos (comunicación personal Eugenia Ibarra, 2020).
En la actualidad esta práctica se ha vuelto a utilizar por moda o por tradición cultural. La expansión de las orejas también está asociada con ciertos grupos generacionales o con grupos sociales. Muchos músicos punk o jóvenes, se expanden las orejas, como una elección en su estilo de vida.
En la actualidad existen una gran variedad en diseños de expansiones y joyería para los lóbulos.