En total 14 migrantes nicaragüenses han muerto en lo que va del año intentando llegar a Estados Unidos, la mayoría ahogados en río Bravo, según una investigación periodística. La migración ha aumentado como efecto de la crisis económica y política, señala el medio el ecomista.net
Todos los días salen familias enteras que buscan llegar Estados Unidos en busca de una vida mejor, pero por desgracia muchos no lo logran.
Hugo Cabrera, integrante de la organización de migrantes Nicaragüenses en el Mundo (NEEM), explicó que México y a nivel Latinoamérica no existen normas jurídicas de protección y repatriación de cuerpos de migrantes fallecidos, que indique a que Gobierno le corresponde apoyar en ese proceso, al medio voztv.com
“Si la familia no los reclama, si no busca un grupo de apoyo que les brinde ayuda económica o si el Gobierno de la República en el caso de los salvadoreños, hondureños o nicaragüenses no hacen las gestiones para la repatriación del cuerpo, la autoridad mexicana lo que está haciendo es mandarlos a una fosa común y queda a discreción de ellos el tiempo de espera”, dijo Cabrera.
Según Cabrera, tienen registros, de acuerdo a publicación de medios de comunicación y sus redes de apoyo a migrantes, que el año pasado fueron cuatro los nicaragüenses que fallecieron en México, intentando cumplir con el llamado “sueño americano”.
“Murieron dos en Tapachula, fueron presa del crimen organizado; el mismo caso sucedió con un muchacho en Reynosa; y otro muchacho que iba en un tren y por ahí de Torreón se cayó”, enfatizó.
Anita Wells, presidenta de la Nicaraguan American Human Rights Alliance (Nahra), remarcó que la desesperación de migrantes nicaragüenses por llegar a EE. UU. ha crecido y esto es aprovechado por “los coyotes”, quienes prometen hacerles cruzar al país norteamericano, pero en realidad los abandonan a su suerte en la línea fronteriza.
“Lo que sí les pregunto es cómo es posible que arriesguen a sus criaturas, a sus hijos e hijas a cruzarse semejante río, si no saben nadar, si no poseen las embarcaciones adecuadas, ni nada por el estilo, ni siquiera llevan chalecos salvavidas, no se arriesguen, no paguen esos 7,000 dólares a ningún coyote, lo que digo molesta a algunos, pero ese dinero mejor úsenlo para emprender en otro país centroamericano, si creen que en su país ya no están seguros”, recomendó Wells.
La defensora de los migrantes, aclaró que solo quienes comprueben que son perseguidos políticos y que su vida está en riesgo accederán a EE. UU. y valdría la pena los riesgos a los que se enfrentan.
Wells especificó que, una opción es enviar sus documentos de identificación y las evidencias de persecución a sus familiares en EE. UU., quienes deben pedirlos en la frontera y de esta manera al solicitar su asilo las pruebas ya estén en el país norteamericano.