Por el medio El Confidencial
Nambume promueve retomar los procesos ancestrales y técnicas tradicionales en la elaboración de los platillos más entrañables elaborados a base de maíz
Un vivero ubicado en una comunidad rural en el departamento nicaragüense de Carazo, en el Pacífico, se convirtió en la nueva sensación de los turistas que visitan esa zona. La razón: en el lugar se ofrecen tortillas de maíz, pero no solo las tradicionales, sino también, al igual que en el pasado, de múltiples colores.
El propietario es Ramón Potosme, un indígena nicaragüense orgulloso de descender de la etnia Chorotega, quien, junto a su esposa, Rótsen López, se han dado a la tarea de rescatar esa tradición ancestral de elaborar tortillas de colores, que acompañan, si el cliente lo desea, de cuajada fresca, fríjoles cocidos, crema o mantequilla y una taza de café caliente.null
Las tortillas, ese acompañante indispensable en la mesa, se sirven calientes y en colores negra, amarilla y hasta rosada, para sorpresa de los comensales.
El color de la tortilla se lo dan las diferentes variedades de maíz que los indígenas aún cultivan en esas tierras y tratan de preservar en Nicaragua como una forma de resistencia, explica a EFE Potosme, un descendiente Chorotega que abandonó el periodismo para rescatar la cultura ancestral de sus antepasados.
El maíz es un grano típico que se utiliza en la preparación de bebidas populares en Nicaragua, como el tiste, el pozol, el pinol, el pinolillo, el atol, la chicha, entre otros, así como para la elaboración de las tortillas que en pocas ocasiones y lugares se sirven en variedad de colores, tono que únicamente se lo da el tipo de grano que se ocupa, indica.
Rescatan variedades de semillas de maíz
La rareza de ver tortillas de colores en los platillos de los nicaragüenses se debe a la costumbre de cultivar solo maíz blanco, a factores económicos y al poco acceso de la variedad de las semillas, comenta Potosme, natural de Carazo.
Los nicaragüenses que aún preservan y cultivan las diferentes variedades de maíz son principalmente ancianos que siembran para el consumo propio y el de sus familias, o bien para recordar recetas de sus antepasados.
Por otro lado, el costo de un quintal de maíz de colores, como el morado, supera el doble del precio a un quintal del tradicional maíz blanco, muy común en toda Nicaragua y el más utilizado.
Potosme, también propietario del vivero Nambume (que en lengua Chorotega significa corazón, dedicado a la producción y venta de plantas medicinales, ancestrales, culinarias, cítricos, ornamentales, entre otras), es miembro, junto a otros vecinos, de un banco de semillas de maíz que busca, entre otras cosas, preservar la raíces indígenas a través del cultivo.
Estamos reivindicando las variedades de maíces criollos que tenemos en Nicaragua, que han sido preservados por decenas de guardianes, la mayoría ancianos ahora”, sostiene.
En ese banco han logrado rescatar un total de 13 variedades de maíz, dice Potosme, quien explica que, en su caso, ha podido sembrar en el vivero alrededor de 7, de las cuales elaboran tortillas que son comercializadas en el mismo local en forma de bebidas, tamales y tortillas en diferentes tonalidades y que ha sido la sensación entre las personas que visitan el vivero.
Una forma de honrar a sus antepasados
Además de las tradicionales tortillas elaboradas a base de maíz blanco, en ese vivero se preparan tortillas negras que se elaboran con el maíz negro o tortillas rosadas elaboradas con el maíz moro o colorado, como una forma de mostrar al público sus raíces indígenas y recordar parte de la cocina tradicional de sus antepasados.
Además de mostrar las variedades de maíz que existen en Nicaragua, el Nambume promueve el retomar los procesos ancestrales y técnicas tradicionales de elaboración de los platillos más entrañables elaborados a base de maíz.
“Si ocupamos la diversidad de granos que tenemos y los reconocemos, podríamos tener en nuestro plato algo mucho más rico y honrando a nuestros abuelos”, destaca Potosme.
Con todas las tonalidades se pueden hacer tortillas, pero algunas variedades se utilizan mejor para tamales, atol o pozol, entre otras bebidas.Las variedades de granos tienen diferentes propiedades, proteínas, antioxidantes y niveles de azúcares, según su color. // Foto: EFE
Con la nueva oferta de tortillas coloridas, la gente se abarrota en el Nambume, especialmente los fines de semana, porque no hay muchas opciones de ir a comer algo “que te recuerde a tus abuelos”, comenta, por su lado Rótsen López, copropietaria de Nambume.
“(Una parte de las personas) vienen por curiosidad, y hay otro grupo de personas que ya probaron (las tortillas), y lo primero que la gente dice es: ¡Esto me recuerda a mi abuelita! o ¡así lo hacía mi bisabuela!”, asegura.
Las deliciosas tortillas de colores, una novedad para la nueva generación de nicaragüenses, es parte de la resistencia ancestral en Nicaragua, celebra la pareja.