La Región Huetar Norte, posee un rico legado ancestral, presente en varios sitios arqueológicos ubicados a lo largo y ancho de su territorio, pero lamentablemente en abandono y poco estudiado por los arqueólogos.
Algunos de estos sitios, pese a que han sido delimitados por funcionarios del Museo Nacional, han sido profanados e invadidos por empresas agrícolas y por saqueadores de tumbas, que hace más difícil conocer sobre el pasado histórico de estos pueblos.
Los estudios indican que la Región Huetar Norte estuvo habitada por la cultura indígena Botos con la llegada de los españoles en el siglo XVI , de los cuales, se conoce poco. Los únicos vestigios de los primeros habitantes de estas tierras son los sitios arqueológicos encontrados en el transcurso de los años, pero, lamentablemente en abandono, y en su mayoría, saqueados y destruidos.
De acuerdo con Juan V, Guerrero, arqueólogo investigador del Museo Nacional, en el informe de una inspección hecha al Monumento Arqueológico Cutris, ubicado en Venecia de San Carlos, en el años 2014, éste señala que dicho sitio posee una extensión de 30 hectáreas, aunque el monumento está intacto, está rodeados de plantaciones de piña.
Según el investigador, la antigüedad de los depósitos encontrados aquí se estableció entre el año 1000 antes de Cristo y hasta el año 1500 después de Cristo.
El informe detalla que el sitio presenta 70 rasgos culturales, entre los cuales, se aprecian plataformas, montículos y basamentos que representan los cimientos de viviendas, almacenes u otros recintos, así como caminos internos, inter- aldeas, cementerios y otros.
Los materiales obtenidos en trabajos preliminares, dan cuenta de artefactos de lítica y cerámica que están ligados al trabajo de aquella época. También fragmentos de metates, manos de moler, hachas y machacadores entre otros. Los mismos utilizados en diferentes labores para trabajar la tierra, preparar alimentos y otros.
De cerámica se han encontrado ollas, tazas, tecomates, piezas utilizadas en cocción, preparación y servido de alimentos, así como instrumentos musicales y otros de carácter ceremonial,
Según el arqueólogo este sitio es considerado como una aldea prehispánica que albergaba los personajes más importantes de un cacicazgo, el cual, está constituido por varias estructuras hechas con mampostería de piedra.
El informe detalla que de esta aldea salen o llegan cuatro caminos que comunican la misma, con otras cuatro aldeas, algunas ubicadas a más de 9 kilómetros.
Para Guerrero, Cutris es un monumento clave para dilucidar una serie de incógnitas sobre la vida e historia de los grupos prehispánicos de la zona Norte; cosa que sólo se puede lograr conservando e investigando este y otros sitios de los alrededores.
Según el informe un aspecto importante es que la parte central de esta aldea, se ubica principalmente en las fincas El Tremedal de Don Luis Badilla y de Frutas Tropicales Venecia, actualmente de una empresa llamada Inversiones Santa Fe. Ambas fincas, tienen demarcada un área de reserva que resguarda los principales rasgos culturales de este importante monumento arqueológico.
Otro de los sitios arqueológicos de la zona y afectado se denominado Jauúri, ubicado en la Fortuna de San Carlos. De acuerdo con Juan Vicente Guerrero, en el año 2003 se hizo una inspección al lugar, luego que se hiciera una denuncia por saqueo de tumbas y otra por arado de los terrenos para sembrar yuca, precisamente en el lugar donde se ubicaba el cementerio.
El sitio está ubicado en la Finca Orquídeas, propiedad de una familia de apellido Orlich.
Según Guerrero, luego de la inspección determinó que se habían saqueado y destruido 12 tumbas. Se encontró tumbas con estructuras de piedra rectangular con una profundad de hasta 2.75 metros. También se encontraron en el lugar restos de cerámica prehispánica.
También en la zona está el sitio arqueológico de la Región es Vista del Cerro. Este, se encuentra localizado también el distrito de La Fortuna , específicamente en el sector Norte del Río Burío, dicho terreno es denominado Finca 2 dentro del proyecto «Comunidad campestre La Fortuna», el mismo posee un área estimada de 23. 700 metros
De acuerdo a la Revista “Espacio Tiempo y Forma” de la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica, del año 2017 el sitio contempla la presencia de un espacio empedrado, cuyos componentes líticos difieren en morfología, tono y acabado. Además, entre el material lítico, se registró la presencia de un fragmento de metate, con un largo de 36, 18 y tres centímetros. Se encontró cuatro artefactos referidos como pulidores (2 unidades), un percutor y un núcleo.
Aquí hubo una larga ocupación o utilización del sitio A-516VC, debido al
carácter que posee el espacio investigado (enterramientos), estado de los artefactos obtenidos y la baja densidad de evidencias. Aunque se registró material de las distintas etapas de la fase Arenal, esto se interpreta como una fractura en una continuidad rígida de las expresiones estéticas y modales.
Aunado a esto, el sitio arqueológico Vista del Cerro (A-516VC), se halla en un área donde la densidad de sitios arqueológicos o concentraciones de material que se encuentran en sus cercanías es alta (36.000 kilómetros cuadrados), lo cual indica un área extensamente poblada, donde la división espacial permitía una organización de tal territorio.
Según la Revista dicho ordenamiento repercutía en el establecimiento de áreas.
Tambien en la Virgen de Sarapiquí se encuentra el parque Arqueológico ‘Alma Ata’ , ubicado dentro de una plantación de naranjas. En octubre de 1999 se halló un magnífico campo de tumbas precolombinas de al menos 600 años
El parque dispone de un cementerio precolombino, esculturas, petroglifos y la reconstrucción de montículos, calles y área de mercado de una villa indígena.
Además de estos sitios la Región posee otros que aún no han sido reclamados por el Museo Nacional, donde la actividades agrícolas y los saqueadores de tumbas los han destruido.
Sería importante, que las instituciones locales y los comunidades, también intervengan en la protección de estos sitios, legados culturales de nuestros ancestros, de los cuales, conocemos muy poco.
Podrían constituir ejes importantes para la atracción del turismo a la zona, pero sobre todo, para la investigación de nuestro pasado histórico.