Conozca el hombre más inteligente de la historia y su triste final

William James Sidis, (1898 – 1944) esta considerado como la persona más inteligente de la historia del mundo, nació en Nueva York, hijo de inmigrantes rusos que tuvieron que huir de Rusia por motivos políticos ya que formaban parte de la comunidad judía rusa … Su padre, Boris Sidis, considerado como un pionero en la Psicopatología le aplicó sus propios conocimientos de psicología dotandole de una alta capacidad intelectual … Poseía un cociente intelectual estimado de entre 250 y 300, … lo que nos puede hacer una idea de su alto potencial intelectual ya que el de una persona normal se encuentra entre 85 y 120.

Estas fueron Algunas de sus proezas …

Con tan solo 18 meses de edad, el joven James podía leer el New York Times. A los ocho años conocía ocho 8 idiomas , latín, griego, francés, ruso, alemán, hebreo, turco, y armenio e inventó uno, al cual llamó Vendergood a los 7 años. Pasó el tercer grado de primaria en tres dias. Escribió cuatro libros de anatomía y astronomía entre los 4 y los 8 años. Antes de cumplir los 8 años fue aceptado en el MIT(massachussetts institute of tecnology), y a los 11 años entro en la universidad de Harvard y era experto en matematicas aplicadas. A los 16 años se graduo en medicina. Fue capaz de hablar cerca de 200 idiomas hasta su muerte

Si su inteligencia fue innata o cultivada, es algo que nunca sabremos. Lo que sí podemos afirmar que su padre y su madre no esperaban menos de él.

William era hijo de una médica, Sarah Mandelbaun, y de un médico psiquiatra y filósofo, Boris Sidis.

Un genio incomprendido

Llegó a hablar 40 idiomas, inventó su propio dialecto, el vendergood, escribió decenas de libros (la mayoría de ellos con seudónimo y sobre diferentes temas) y todo el mundo lo admiraba, excepto la comunidad científica, a la cual quería pertenecer de forma desesperada.

Lo consideraban un fenómeno de feria, una atracción pasajera.

¿Cuan inteligente era? Hay quienes hablan de un cociente intelectual de más de 250, Einstein tenía 160.

Pero nunca fue del todo feliz. Sus últimos años los pasó huyendo de sus padres, enamorado de una mujer a la que no sabía cómo acercarse (nunca tuvo una relación de pareja).

Agobiado por la prensa, cuestionado por la sociedad: se negó a enlistarse en el ejército durante la II Guerra Mundial, se declaró ateo y de izquierda y participó de marchas políticas cuestionadas durante aquellos años.

Un triste final

En medio del activismo conoció a Martha Foley, una activista irlandesa de la cual se habría enamorado.

Pero su padre le prohibió seguir viéndola y Sidis cumplió, aunque también dejó de visitar a su progenitor.

Se encerró en su piso hasta que sufrió una embolia cerebral y murió un 17 de julio de 1944.

Lo encontraron una semana después y a su lado, entre sus objetos personales, había una fotografía: el rostro de Martha Foley.