Según medios nicaragüenses el dictador Daniel Ortega, le ha salido caro encarcelar a Monseñor Álvarez, por la condena de organismo internacionales y ahora, desea sacarlo lo más antes posible del país, pero Monseñor fiel a sus creencias no quiere salir del país, y así lo ha dicho, que sólo saldría si se lo pide el Papa.
De acuerdo los medios, el obispo se convertido en una piedra en el zapato para el dictador, pero este no mostrar signos de debilidad, de ahí, que busca como sacarlo lo más pronto posible del país.
La salida para el régimen sandinista es que sea el mismo Rolando Álvarez quien ceda al destierro, sin embargo, el líder religioso «es un hombre aferrado a sus principios, a su fe y a sus derechos como nicaragüense». La posición del líder religioso nuevamente provocó los aplausos
La investigadora Elvira Cuadra dijo al medio Nicaragua Investiga que, mientras el obispo sea un prisionero político, Daniel Ortega y Rosario Murillo «pagan un costo político muy alto», incluso aunque lo excarcelen y lo dejen recluido en un lugar dentro de Nicaragua.
Cuadra se basa en que el régimen, al excarcelar a 222 prisioneros políticos, demostró que no quiere tener ningún preso político de proyección pública.
«Monseñor es un mártir de las libertades públicas en Nicaragua y es el preso político más incómodo que pueda tener la dictadura porque es un hombre con una tremenda credibilidad, tanto a lo interno como fuera del país», expresó el analista político Israel Lewites Cornejo.
Pero, una vez más, el obispo de Matagalpa se habría negado a ser desterrado, dejando a Ortega «en un callejón sin salida».