El kibutz Kfar Aza, situado en la frontera con Gaza, se ha convertido en un microcosmos de los primeros días de esta guerra y, al mismo tiempo, nos brinda una visión de lo que podría depararnos en el futuro.
Hasta la mañana del martes, los combates aún persistían en el kibutz, una de las comunidades agrícolas israelíes que se extienden a lo largo de la frontera con Gaza. Es por ello que apenas ahora se están recuperando los cuerpos de los residentes israelíes que perdieron la vida cuando Hamas cruzó la valla fronteriza desde Gaza en las primeras horas del sábado.
Los soldados que pasaron gran parte del día entre las ruinas, recuperando los cuerpos de civiles, describen la escena como una auténtica masacre. Es probable que la mayor parte de los horrores ocurriera en las primeras horas del asalto del sábado.
El ejército israelí, que fue sorprendido con la guardia baja, tardó 12 horas en llegar al kibutz, según Davidi Ben Zion, comandante adjunto de la Unidad 71, un equipo de soldados paracaidistas con experiencia que lideró el asalto.
Ben Zion afirmó que los militantes de Hamas que asesinaron a familias, incluyendo a bebés, se comportaron como «una máquina de la yihad para matar a todos, personas sin armas ni defensa, simplemente ciudadanos comunes que querían comenzar su día». Algunas víctimas, lamentablemente, fueron decapitadas.
Kfar Aza se une a la creciente evidencia de crímenes de guerra cometidos por los militantes de Hamas. La comunidad, al igual que otros israelíes, fue tomada por sorpresa.
La primera línea de defensa de la comunidad eran los guardias del kibutz, residentes con experiencia militar que patrullaban el perímetro. Lucharon valientemente contra los atacantes y perdieron la vida en el proceso.
La experiencia ha conmocionado a los israelíes y ha generado preguntas sobre la capacidad del Estado y el ejército para proteger a sus ciudadanos. Los cuerpos de los atacantes de Hamas que mataron a tantos israelíes yacen al sol, donde murieron.
La visión de futuro que ofrece Kfar Aza incluye la incredulidad y el enojo de los israelíes, junto con la percepción de que el Estado y el ejército han fallado en su deber fundamental de proteger a la población civil.
A medida que aumenta el número de víctimas civiles en Gaza, Israel se enfrenta a críticas crecientes en el ámbito internacional. La situación en Kfar Aza, junto con la experiencia de los primeros días de la guerra, refuerza la determinación de los soldados israelíes de enfrentar lo que venga a continuación en este conflicto.
Los soldados, en su mayoría de unidades de reserva, están listos para el desafío, a pesar de las profundas divisiones políticas en el país. Este momento de crisis ha unido a los israelíes en la defensa de su nación, a pesar de sus diferencias.
El ambiente en Kfar Aza es tenso, con el olor a cadáveres en descomposición flotando en el aire y la amenaza constante de cohetes de Hamas. Los soldados trabajan con valentía, conscientes de los peligros que enfrentan, para recuperar los cuerpos de las víctimas y devolver algo de paz a esta comunidad asolada por la guerra.
por BBC News