El programa «Jaguar» del Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA) resalta la importancia de su programa de monitoreo, el más antiguo del país. Este programa ha permitido estimar la abundancia de felinos silvestres y sus presas en áreas de conservación clave como Guanacaste, Osa y La Amistad Caribe.
Gracias a alianzas con empresas privadas y organizaciones no gubernamentales, las investigaciones han perdurado a lo largo del tiempo. Durante la última década, se ha observado cómo las poblaciones de jaguar han variado en respuesta a medidas de conservación específicas, afectando positiva o negativamente las poblaciones a nivel local.
En 2014, se implementó el monitoreo con collares, siendo «María» una jaguar hembra destacada que se mueve en áreas extensas y ha tenido cuatro camadas. Sin embargo, la muerte de otra jaguar evidencia la necesidad de trabajar tanto dentro como fuera de áreas protegidas para garantizar la conservación.
El programa también investiga en el Área de Conservación Guanacaste y el Área de Conservación La Amistad Caribe, registrando la presencia de jaguares, incluyendo individuos melánicos o «panteras».
En la región de La Amistad Caribe, se ha trabajado con comunidades indígenas para reducir interacciones negativas entre felinos silvestres y animales domésticos, disminuyendo así la presión sobre los jaguares.
El área de Conservación Osa enfrenta la mayor disminución de la población de jaguares, siendo la cacería una de las principales responsables.
En una década, el programa ha contribuido con numerosas publicaciones científicas y tesis, abordando diversos aspectos relacionados con el jaguar y sus presas. Los investigadores enfatizan que los esfuerzos de conservación deben persistir para evitar extinciones locales de esta especie en un futuro cercano.