Aunque durante mucho tiempo se ha asociado a los millonarios con la creación de riqueza familiar y largas dinastías, la adquisición de la fortuna multimillonaria ha experimentado un cambio notable. Históricamente, se pensaba que la innovación y el arduo trabajo eran los ingredientes clave para convertirse en multimillonario, ya fuera mediante la fundación de gigantes tecnológicos o ascendiendo en la jerarquía corporativa de empresas Fortune 500.
No obstante, un reciente estudio del banco suizo UBS, especializado en atender a los superricos, revela una nueva tendencia. Contrariamente a la creencia anterior, la próxima generación de multimillonarios parece estar más influenciada por las herencias familiares que por la iniciativa empresarial. Según el informe, de las 137 personas que se unieron al exclusivo club de los multimillonarios el año pasado, 53 heredaron un total de USD 150.800 millones, superando a los restantes 84 multimillonarios que acumularon USD 140.700 millones por sus propios esfuerzos. Es la primera vez, en ocho ediciones del informe, que la herencia supera en cantidad de dinero a la iniciativa empresarial.
Este cambio evidencia una gran transferencia de riqueza en todos los estratos de la sociedad, ya que los baby boomers ricos canalizan aproximadamente USD 72 billones de dólares hacia la generación del milenio. UBS proyecta que en las próximas décadas, alrededor de 1.000 multimillonarios transferirán un asombroso total de USD 5,2 billones a sus hijos.
El informe también destaca diferencias de actitud entre los multimillonarios que han construido su fortuna y aquellos que la han heredado. Mientras que figuras emblemáticas como Bill Gates y Warren Buffett han sido conocidas por su filantropía y han dedicado gran parte de su riqueza a causas benéficas, la nueva generación de herederos parece menos inclinada hacia estas prácticas altruistas.
La encuesta de UBS revela que más de dos tercios de los multimillonarios autohechos consideran que alcanzar objetivos filantrópicos y dejar un impacto positivo en el mundo es el principal propósito de su legado. En contraste, menos de un tercio de los multimillonarios herederos comparten esta preocupación, priorizando en cambio el crecimiento continuo de sus negocios y la transmisión de su patrimonio a sus descendientes.
Este cambio de enfoque ha generado inquietudes entre los actuales multimillonarios sobre quién heredará sus imperios. Empresas líderes dirigidas por estos individuos, como LVMH y Armani, están elaborando planes de sucesión detallados que incluyen a miembros de la familia.
Además, la nueva generación de multimillonarios podría beneficiarse de exenciones fiscales similares a las de sus predecesores. Aunque los multimillonarios empresarios han enfrentado diversos impuestos a lo largo de sus vidas, como el impuesto sobre la renta y el impuesto sobre las plusvalías, sus descendientes podrían evitar estos impuestos, incluido el impuesto de sucesiones. Según Oxfam, la mitad de los multimillonarios del mundo residen en países sin impuesto de sucesiones, lo que significa que alrededor de 5 billones de dólares en riqueza pasarían a la siguiente generación sin gravámenes.
A pesar de las propuestas para un impuesto global a los multimillonarios, la introducción de tal medida a escala mundial enfrenta obstáculos y controversias. Mientras algunos argumentan que esto podría cerrar la brecha de desigualdad, otros sostienen que sería un doble gravamen sobre la riqueza ya creada. La discusión sobre el impuesto de sucesiones continúa en un contexto de creciente desigualdad y la necesidad de encontrar soluciones que aborden estas disparidades económicas.