Recordar abrir las ventanas cuando llueve es una práctica beneficiosa para la calidad del aire en nuestros hogares. A menudo, tendemos a cerrar las ventanas cuando llueve, pero esta acción puede ser un error. Si la lluvia no está acompañada por temperaturas extremadamente frías, es recomendable abrir las ventanas durante al menos unos minutos.
La lluvia tiene un efecto oxigenante y purificador en el aire. Permitir que el aroma característico de la lluvia, asociado al ozono, entre en nuestros hogares contribuye a limpiar el ambiente. Este olor fresco y revitalizante actúa como un agente purificador del aire en nuestros espacios interiores.
Abrir las ventanas durante la lluvia no solo renueva el oxígeno en nuestros hogares, sino que también permite que la energía antigua se disipe, dando paso a una sensación renovada y revitalizante. En lugar de considerar la lluvia como un motivo para cerrar nuestras viviendas, podemos aprovecharla como una oportunidad para purificar el aire interior y mejorar la calidad del ambiente en el que vivimos.
En resumen, la próxima vez que llueva y las condiciones climáticas lo permitan, considera abrir las ventanas de tu hogar para permitir que el aire fresco y purificado entre, llevándose consigo la energía vieja y dando la bienvenida a una atmósfera renovada.