Desde los primeros días de diciembre, San Carlos la tangara veranera empieza a llegar a la Zona Norte, huyendo del frío invernal del norte.
El canto matutino de esta encantadora ave se convierte en una melodía que alegra el hogar en esta temporada de verano. La fresca brisa que sopla desde el norte en la Zona Norte de Costa Rica parece llevar consigo la magia de diciembre, y el pequeño visitante emplumado se convierte en un mensajero de la navidad para la familia.
Según la literatura, este cardenal o tangara veranera es una especie migratoria que tiene la costumbre de reproducirse en el sur de Estados Unidos y el norte de México. Con la llegada del invierno, emprende su migración hacia tierras más cálidas, encontrando en San Carlos un refugio acogedor.
En Costa Rica, es común avistar a estas aves entre mediados de setiembre y finales de abril, principalmente en las bajuras de ambas vertientes. A medida que ascienden hacia altitudes más elevadas, incluso hasta los 2500 metros sobre el nivel del mar, su presencia se vuelve más escasa.
Este alegre visitante frecuenta el dosel y los bordes de bosques perennifolios y caducifolios, así como áreas parcialmente despejadas con crecimiento secundario alto. Su dieta versátil incluye frutos de diversos tipos, la habilidad de desgarrar avisperos y panales de abejas sin aguijón para extraer larvas y pupas, y la captura de insectos en vuelo. Además, es conocido por su interés en los comederos artificiales, donde busca la delicia de los bananos. La página Ecos del Bosque detalla con precisión estos fascinantes hábitos alimenticios y comportamientos de esta especie.
La Tangara Veranera, también conocida como Tangara cyanoventris, es una especie de ave migratoria que habita en Costa Rica. Esta hermosa ave pertenece a la familia de los tángaros y es conocida por sus colores vibrantes y llamativos. Su presencia es especialmente notable en la zona norte de Costa Rica durante ciertas épocas del año.
La Tangara Veranera es reconocida por su distintivo plumaje, que combina tonos azules intensos en la cabeza y la parte superior del cuerpo, mientras que el abdomen y la parte inferior presentan colores amarillos y verdes brillantes. Su migración es una característica destacada, ya que se desplaza entre diferentes áreas geográficas en busca de condiciones climáticas propicias y recursos alimenticios adecuados.
Durante su temporada migratoria, la Tangara Veranera a menudo elige áreas de la zona norte de Costa Rica para su hábitat temporal. La diversidad de paisajes, que incluyen bosques tropicales, zonas de transición y áreas de cultivo, proporciona el entorno adecuado para la alimentación y reproducción de estas aves.
La observación de aves, conocida como «birdwatching», es una actividad popular en la región norte de Costa Rica, donde entusiastas de la naturaleza y ornitólogos tienen la oportunidad de admirar la belleza de la Tangara Veranera y otras especies migratorias que frecuentan la zona. Esta actividad contribuye no solo al disfrute de la biodiversidad local, sino también a la conciencia y conservación de estas aves migratorias y sus hábitats.