En el Parque Nacional del Bosque Petrificado de Tailandia, se ha realizado un asombroso descubrimiento de árboles prehistóricos que datan de aproximadamente ochocientos mil años y que, en su momento, alcanzaron dimensiones impresionantes. Actualmente, estos majestuosos ejemplares yacen inertes, convertidos en fósiles que revelan la grandiosidad de la flora en tiempos pasados.
En su apogeo, se estima que estos colosos prehistóricos rivalizaban en altura con las secuoyas gigantes contemporáneas, ya que uno de los ejemplares desenterrados mide impresionantes 72 metros de largo. Este hallazgo sugiere que el árbol original se elevaba a más de cien metros, destacando su imponente presencia en un antiguo bosque tropical húmedo, aproximadamente hace unos 800,000 años.
A pesar de la transformación de la madera en piedra a lo largo del tiempo, los detalles de estos árboles fósiles son sorprendentemente nítidos. Se pueden distinguir claramente la corteza del tronco, los anillos de crecimiento, así como las raíces y ramas, proporcionando una visión única de la vida y el entorno de estos gigantes prehistóricos.
Es particularmente interesante notar que en la actualidad no existen árboles en Tailandia que se aproximen al tamaño impresionante de sus antiguos habitantes. Este descubrimiento arqueológico ofrece una valiosa perspectiva sobre la diversidad y magnitud de la flora que poblaba la región en eras pasadas.
Este asombroso hallazgo se une a otras maravillas botánicas petrificadas, como el árbol de unos 20 millones de años descubierto en Lesbos, isla del Mediterráneo oriental, cuya conservación intacta lo convierte en un fenómeno único en la historia de la paleontología mundial. Asimismo, el notable Hyperion, una Sequoia sempervirens, ostenta el título del árbol más alto del planeta, con una altura de 115.55 metros, ubicado en el Parque Nacional Redwood al norte de California, Estados Unidos.