Los obispos ticos visitarón esta semana la salida de la selva del Darién en Panamá, donde diariamente pasan miles de migrantes con destino a Estados Unidos.
Manuel Eugenio Salazar , obispo de Tilarán destaca el sufrir de los migrantes en su paso por esta zona según pudo apreciar.
«¡Hoy tuve un encuentro con Cristo Crucificado y Abandonado!
Hoy los obispos de Panamá, Costa Rica y Colombia visitamos el “Tapón del Darién”.
Es una tragedia humana: pocos ricos cada vez más ricos, producen muchos pobres cada vez más pobres!
Esa gente migra por miseria, por injusticia social.
Da dolor, rabia y vergüenza ver a esos migrantes angustiados. Con hambre y otros con enfermedades.
Lo que mas dolor me causó es ver a esos niños y algunos muy pequeños en esa tragedia humana. Dan ganas de dejarlo todo y quedarse en ese lugar a ayudar.
Tanta gente que hay, que podría estar ayudando a los migrantes. Tanta comida que se desperdicia en nuestras ciudades!
Nosotros no tenemos derecho a quejarnos de nuestros problemas.
Los saludamos, hablamos, animamos y bendecimos.
Les regalamos los salvequitos que teníamos con nuestros refrigerios.
Ellos piden dinero para seguir adelante.
A una familia les regalé también mi gorra.
Muchos de ellos son religiosos.
Atendamos a los migrantes a nuestro paso, en nuestros países. Viven un verdadero Vía Crucis. Es Jesús sufriente qué pasa!», expresa en este sentido mensaje Monseñor.