Carlo Acutis, un muchacho que falleció a l8 años de edad tras sufrir una leucemia fulminante, será declarado santo según anunció el Papa Francisco .
Su vida transcurrió entre la pasión por la informática, la Misa diaria y el rezo del rosario.
La canonización se da luego que el 8 de julio del 2022, una costarricense fue a Asís, a la tumba de Acutis, a pedirle por la salud de su hija Valeria, quien estaba muy mal en el hospital tras sufrir un accidente en su bicicleta en Florencia, Italia, cuando volvía a su casa después de estudiar.
Tras el accidente , la joven tuvo heridas graves en su cabeza, por lo que tuvo que someterse a una complicada operación, donde le extirparon un hueso con el fin de aliviar la presión, pero su esperanza de vida era casi cero.
Al parecer, la fe en Acutis logró que la joven se recuperara de un día para otro, la hemorragia paró y el 11 de agosto ya estaba en rehabilitación. Una vez que concluyó el proceso, fue con su madre a la tumba del italiano a darle las gracias.
Se espera que el papa dé una fecha para la canonización de Acutis.
Iglesia declarará santo a Carlos Acutis
El joven italiano conocido como el “Ciberapóstol de la Eucaristía” fue beatificado el 10 de octubre, del 2021
En declaraciones a ACI Prensa/EWTN, el rector del Santuario, el P. Carlos Acácio Gonçalves Ferreira destacó que el cuerpo “se encuentra en un estado muy íntegro, no intacto, pero íntegro. Conserva todos los órganos”.
“Se han hecho trabajos sobre el rostro, pero es bonito que por primera vez en la historia se podrá ver a un santo vestido con pantalones jeans, zapatillas de deporte y sudadera. Eso es un gran mensaje. Podemos sentir su santidad no como una cosa lejana, sino como algo al alcance de todos porque el Señor es Señor de todos”.
Explicó que, obviamente, quien viene a Asís, viene por San Francisco y Santa Clara, que 800 años después “siguen tocando el corazón de las personas”. Sin embargo, “Carlo nos dice que es hoy el momento de actualizar esta santidad, esta aventura espiritual sin miedo de vivir como Dios nos pide y de experimentar la felicidad de pertenecer a Dios”.
Por lo tanto, Carlo está añadiendo al Santuario de Asís “esta potencia espiritual, esta renovación espiritual, esa capacidad de hablar al corazón de los jóvenes de nuestro tiempo”.
Afirmó sentirse “maravillado de cuántas personas pasan por aquí todos los días. Con la emergencia sanitaria ha disminuido un poco, pero puedo decir que personas de todos los continentes llegan hasta la tumba y es increíble ver a gente de todas las edades, también a sacerdotes, Obispos, religiosas y muchos jóvenes, adultos, familias… Es un fenómeno que, verdaderamente, sólo el Espíritu Santo puede explicar, que un niño de 15 años consiga traer a tantas personas”.
“Me gusta escuchar los testimonios de todas estas personas que vienen con muchas historias diversas de conversión personal y de curación física y moral”. En concreto, el P. Ferreria contó la historia de un joven de 20 años que había conocido el testimonio de Carlo por casualidad en internet.
“Profundizó un poco en su vida y, luego soñó con Carlo, algo que no se esperaba, y ahí inició una amistad con él. Este joven sufría ataques de pánico y tras comenzar a rezar a Carlo los superó. Entonces regresó al santuario para agradecer a Dios y a Carlo por su curación, porque desde hacía dos meses ya no sufría los ataques y se sentía mucho mejor. Me decía: ‘Padre, estoy seguro de que en todo esto está la mano de Carlo Acutis, que me ha ayudado”.
El P. Ferreira explicó que “yo suelo decir que Carlo es mi pequeño maestro porque me está enseñando a redescubrir los dos grandes tesoros de mi vida: la Eucaristía y el amor a la Virgen María”.
También destacó “la insistencia de Carlo en un Cristo vivo activo y presente con toda su santidad y su divinidad, su humanidad en lo escondido del pan eucarístico. Esto es algo ya sabido, que ya se cree en ello, pero Carlo nos despierta ese conocimiento en el corazón un poco adormecido con su simplicidad, pero también con su insistencia, con su fuerza”.
“Luego, otra cosa que también me llama mucho es su totalidad en Dios. Para él no había términos medios: o todo o nada. Cuando él dijo antes de morir que no le disgustaba morir siendo todavía un niño porque no había perdido ni un minuto de su vida en hacer cosas que no gustaran a Dios, y decía: ‘Mi programa de vida es este: ser siempre todo tuyo, Jesús’. Eso me conmueve mucho. Yo también quiero esa totalidad en Dios”.