Juicio macabro del “Papa Formoso”;exhumado y enjuiciado cadavérico

El macabro juicio al cadáver del Papa Formoso: uno de los episodios más oscuros de la Iglesia

Roma, año 897. En un hecho sin precedentes en la historia de la Iglesia, el Papa Esteban VI ordenó exhumar el cadáver de su predecesor, Formoso, para someterlo a un juicio póstumo. Este grotesco episodio, conocido como el “Concilio Cadavérico”, es recordado como uno de los eventos más escandalosos y vergonzosos del papado.

Una muerte rodeada de misterio

Formoso falleció el 4 de abril del año 896 en circunstancias que aún generan dudas. Aunque algunos historiadores creen que murió de causas naturales, otros sugieren que pudo haber sido envenenado o estrangulado por orden de sus enemigos políticos, especialmente la poderosa familia Spoleto, que dominaba la política romana en ese momento.

Tras su muerte, su sucesor, el Papa Bonifacio VI, gobernó apenas 15 días antes de ser depuesto y reemplazado por Esteban VI, un aliado de los Spoleto que tenía cuentas pendientes con el difunto pontífice.

Un juicio sin precedentes

En enero del año 897, el Papa Esteban VI ordenó desenterrar el cuerpo de Formoso, que llevaba meses en descomposición. Su cadáver fue vestido con vestimentas papales y colocado en un trono dentro de la Basílica de San Juan de Letrán, mientras un diácono actuaba como su “defensor”.

Las acusaciones eran absurdas: se le culpaba de haber usurpado el papado y de haber violado antiguas normas canónicas al ser obispo de Porto antes de convertirse en Papa. Durante el juicio, Esteban VI gritaba insultos contra el cadáver y, según testigos de la época, el hedor del cuerpo en descomposición llenaba la basílica.

Finalmente, el tribunal, dominado por los enemigos de Formoso, lo declaró culpable. Como castigo, se anuló su papado, se invalidaron sus decretos y su cadáver fue brutalmente mutilado: le arrancaron los tres dedos de la mano derecha con los que impartía bendiciones y su cuerpo fue despojado de sus vestiduras papales.

El destino final del cadáver

Tras el juicio, el cuerpo de Formoso fue arrastrado por las calles de Roma y enterrado en una fosa común. Sin embargo, Esteban VI no quedó satisfecho y ordenó que el cadáver fuera exhumado nuevamente y arrojado al río Tíber.

Según las crónicas, el cuerpo fue recuperado más tarde por un monje y enterrado en secreto. La leyenda dice que poco después, en Roma comenzaron a circular rumores de que el cadáver de Formoso había comenzado a realizar milagros.

Una venganza con consecuencias fatales

El juicio póstumo causó tal indignación en Roma que el pueblo se levantó contra Esteban VI. En el agosto del año 897, el Papa fue encarcelado y estrangulado en su celda.

Años después, los papas Teodoro II y Juan IX revocaron el juicio y rehabilitaron la memoria de Formoso, devolviéndole su dignidad papal.

El escándalo que marcó la historia

El “Concilio Cadavérico” sigue siendo un símbolo de la brutalidad y corrupción política en la Iglesia medieval. A más de mil años de su muerte, Formoso es recordado no solo como un pontífice víctima de la traición, sino también como protagonista de uno de los episodios más surrealistas de la historia del papado.

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