ISLA JICARÓN, PANAMÁ | INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA — Un descubrimiento inusual ha captado la atención de la comunidad científica internacional. En la remota isla Jicarón, parte del Parque Nacional Coiba y una importante reserva ambiental de Panamá, un grupo de científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) ha documentado un comportamiento sorprendente entre jóvenes monos capuchinos (Cebus capucinus): el aparente secuestro de crías de otras especies.
Entre enero de 2022 y marzo de 2023, los investigadores utilizaron cámaras trampa para monitorear el comportamiento de los primates en su hábitat natural. Durante este periodo, captaron múltiples casos en los que individuos jóvenes —principalmente machos— cargaban sobre sus espaldas a crías pertenecientes a otras especies animales, en un comportamiento que no se había reportado antes en este contexto.
¿Adopción o entretenimiento?
Aunque en el mundo animal existen antecedentes de adopción interespecie, en la mayoría de los casos esta conducta es protagonizada por hembras adultas y suele estar asociada a instintos maternales. Sin embargo, lo observado en Jicarón parece responder a motivaciones muy distintas.
Los científicos plantean que esta conducta podría tener un origen social o cultural. Una de las hipótesis sugiere que se trata de una forma de entretenimiento o una “moda” dentro del grupo, posiblemente impulsada por el aburrimiento en un entorno con pocas fuentes de estímulo.
“Este comportamiento podría ser una tradición social pasajera, como las modas que también se observan en comunidades humanas”, explicaron los investigadores del STRI.
Un fenómeno poco documentado
La posibilidad de que se trate de una moda cultural dentro del grupo de monos capuchinos abre un interesante campo de estudio sobre la cognición y la transmisión de comportamientos en especies no humanas. Estudios previos han demostrado que estos primates son capaces de aprender unos de otros, y de adoptar prácticas que se mantienen en el grupo durante generaciones, como el uso de herramientas o ciertos rituales de acicalamiento.
No obstante, el hecho de que este comportamiento sea llevado a cabo principalmente por machos jóvenes lo vuelve aún más enigmático, ya que rompe con los patrones observados en casos anteriores de cuidado interespecie.
Próximos pasos
El Instituto Smithsonian ha señalado que continuará monitoreando a esta población de capuchinos para determinar si el comportamiento persiste, si se transmite a otros miembros del grupo, y cuál podría ser su impacto sobre las crías secuestradas. También se busca identificar las especies afectadas y las posibles consecuencias ecológicas de esta conducta.
Este hallazgo, aunque curioso, abre interrogantes importantes sobre la complejidad social y cognitiva de los primates, y pone de relieve la necesidad de continuar protegiendo hábitats únicos como el de isla Jicarón, donde la naturaleza aún guarda conductas por descubrir.