Un trágico suceso ha conmocionado tanto a la comunidad migrante nicaragüense en Costa Rica como a los habitantes de Río Blanco, en Matagalpa, Nicaragua.
Melkin Javier Zamora Salas, un joven nicaragüense de tan solo 24 años, fue brutalmente asesinado a machetazos en una finca ubicada en San Diego de Monterrey, en la Zona Norte de Costa Rica.
El principal sospechoso del crimen es Ariel Aguinaga Torrez, amigo de la infancia de la víctima y quien, según los familiares, lo habría motivado semanas atrás a migrar con él hacia Costa Rica con la promesa de oportunidades laborales, detalla el medio nicaragüense 100% Noticias
Ambos llegaron al país centroamericano en busca de mejores condiciones de vida, pero la historia terminó de forma trágica.
De acuerdo con los primeros informes, Aguinaga habría atacado a Melkin en circunstancias aún bajo investigación y, tras el crimen, emprendió la huida.
Las autoridades costarricenses presumen que cruzó la frontera hacia Nicaragua y que podría estar oculto en su localidad natal, Río Blanco, dificultando su captura.
La familia del joven asesinado se encuentra destrozada y exige justicia.
“Él vino a trabajar, no a morir de esta forma tan cruel. Exigimos que el responsable pague por lo que hizo”, expresó un pariente cercano en declaraciones al medio 100% Noticias.
También hicieron un llamado a la ciudadanía para que, si alguien reconoce al sospechoso, lo denuncie ante las autoridades.
Además del clamor por justicia, la familia pide apoyo para lograr la repatriación del cuerpo de Melkin a Nicaragua y poder darle sepultura en su tierra natal.
El caso ha despertado indignación y dolor entre migrantes nicaragüenses, quienes también enfrentan situaciones de vulnerabilidad y riesgo al buscar trabajo fuera de su país.
Las autoridades judiciales costarricenses continúan con las investigaciones y han emitido una alerta de búsqueda internacional contra el sospechoso.