Policía nica arresta a sacerdote al parecer por conducir borracho y con un joven

Arrestan a sacerdote nicaragüense bajo cuestionadas acusaciones en medio de creciente hostigamiento a la Iglesia

Redacción | 20 de junio de 2025

El sacerdote Pedro Abelardo Méndez Pérez, párroco de la Iglesia Magdalena en Monimbó, Masaya, fue detenido la noche del jueves junto a Luis David Ñamendi Suárez, en medio de un nuevo episodio de hostigamiento contra líderes religiosos por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

La versión oficial difundida por la Policía Nacional, controlada por el Ejecutivo, señala que ambos fueron retenidos en un retén en la Avenida Arellano de Granada, alrededor de las 7:00 p.m., por presuntamente encontrarse “en estado de ebriedad” dentro de una camioneta Toyota, placa MY 2151, y ser responsables del delito de exposición de personas al peligro y violación a la Ley de Tránsito.

No obstante, fuentes cercanas a la comunidad eclesiástica y medios independientes denuncian que el sacerdote fue interceptado horas antes por policías, antimotines y civiles encapuchados, inmediatamente después de oficiar una misa por la festividad del Corpus Christi en Granada.

Un caso más en una campaña sistemática contra la Iglesia

La detención del padre Méndez Pérez se da en un contexto de creciente represión contra miembros de la Iglesia católica, institución que ha sido crítica del autoritarismo del régimen Ortega-Murillo. De hecho, Méndez ya se encontraba bajo un régimen de casa por cárcel y venía siendo objeto de vigilancia y acoso por parte de las autoridades desde hace meses.

Numerosos feligreses y defensores de derechos humanos han calificado la acusación como fabricada, parte de una estrategia más amplia de criminalización del clero, similar a lo ocurrido en mayo de 2023, cuando el padre Jaime Iván Montesinos fue arrestado bajo argumentos similares de “estado de ebriedad” y “actitud sospechosa”, sin que existiera una investigación transparente.

Templos vigilados y homilías bajo control

Desde 2018, la relación entre la Iglesia católica y el régimen se ha deteriorado drásticamente. El Gobierno mantiene vigilancia en parroquias, presencia de policías antimotines en las afueras de templos e incluso ha desterrado, desaparecido y encarcelado a sacerdotes que han alzado la voz en defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Organismos internacionales han expresado su preocupación por la represión religiosa en Nicaragua, señalando que el país vive una de las peores persecuciones a la Iglesia católica en América Latina en tiempos recientes.

Mientras tanto, la comunidad de Monimbó y otros sectores eclesiales se mantienen en oración y denuncia por la liberación del padre Méndez Pérez y exigen que se respete su integridad física y espiritual.

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