Guanacaste, Costa Rica. En plena gira por la provincia de Guanacaste y a pocos meses de dejar la Presidencia, Rodrigo Chaves volvió a enfrentar polémica al criticar duramente al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), al que acusó de querer ejecutar un “golpe de Estado” si eventualmente lo sancionan por intervenir en el proceso electoral.
Durante una actividad en el cantón de Carrillo con representantes del sector pesquero, Chaves denunció lo que considera una amenaza a su libertad de expresión en el contexto preelectoral. “Me tienen una mordaza lista para dentro de unos 60 y pico de días… y si vengo a una reunión como esta en campaña, me destituyen”, reclamó, en alusión al inicio del periodo de prohibiciones por beligerancia política estipulado por la legislación costarricense.
Su reacción surgió poco después de que el TSE respondiera a una consulta oficial del Gobierno, indicando que el símbolo del jaguar —usado por la administración en campañas institucionales— no podrá seguir utilizándose, ya que forma parte de la bandera de un partido político ligado al oficialismo. Chaves se burló del fallo llamando al TSE “tirobunal” y acusándolo de querer silenciar al Poder Ejecutivo.
Viejas reglas, nuevo contexto
El presidente se refiere a las restricciones constitucionales y del Código Electoral que prohíben a los funcionarios utilizar recursos públicos con fines proselitistas durante el periodo electoral. Esta normativa impide, entre otras cosas, que el Gobierno promueva sus logros mediante publicidad en medios de comunicación y redes sociales, algo que en el pasado no aplicaba con tanta claridad a las plataformas digitales.
A pesar de sus críticas, Chaves ha empezado a moderar algunas de sus actividades, aparentemente en acatamiento de los señalamientos del TSE. Sin embargo, insiste en que se trata de un intento por callarlo y obstaculizar su mensaje en favor de una eventual continuidad de su proyecto político tras el 2026.
Más denuncias por beligerancia
El mandatario suma ya diez denuncias ante el TSE por supuesta beligerancia política. Aunque aún se encuentran en fase preliminar, sus constantes llamados a votar por propuestas que mantengan la línea de su gobierno y declaraciones de funcionarios de confianza que lo relacionan con decisiones partidarias, han levantado alertas entre los magistrados electorales.
En caso de que se determine que incurrió en beligerancia, el proceso para una sanción requeriría levantarle la inmunidad presidencial mediante la Asamblea Legislativa, dado su estatus como jerarca de uno de los supremos poderes.
En medio de celebraciones por la Anexión del Partido de Nicoya y con un estilo confrontativo, Chaves parece dispuesto a cerrar su mandato manteniendo el tono crítico hacia las instituciones que, según él, le “ponen límites injustos”, aunque se trate de reglas vigentes desde hace décadas.
