Como cada año a finales de junio, comenzó en China el Festival de Yulín. El evento, realizado en la ciudad homónima, implica el sacrificio de miles de perros para la posterior venta de su carne. Sin embargo, medios internacionales aseguran que, en plena pandemia por coronavirus, la demanda de este producto disminuyó considerablemente.
El festival de Yulín comenzó el domingo y se celebrará durante una semana. Desde el inicio del evento, decenas de perros se hacinan en jaulas estrechas.
Tras el inicio del brote a fines de 2019 en un mercado de Wuhan donde se vendían animales vivos, el gobierno chino reforzó las leyes que regulan este tipo de comercio.
Cada solsticio de verano la ciudad China de Yulin celebra su polémico festival de la carne de perro. Cada 21 de junio miles de perros son sacrificados, vendidos, cocinados y consumidos como parte de una tradición.
“Muchos de los animales del mercado están enfermos, envenenados y moribundos. Ellos sufren de condiciones horrendas durante viajes de larga distancia entre provincias, atravesando muchos días sin comida y agua, y pueden portar enfermedades contagiosas”, asegura Fong.
En un comunicado conjunto en la Organización Mundial de la Salud y la Alianza Global para el Control de la Rabia reconocieron la conexión entre el contagio de la rabia y el comercio de carne de perro en Asia.
El festival de Yulin, es una cita anual para celebrar el solsticio de verano, pero no es -al contrario de la creencia popular- una tradición arraigada en la sociedad china, sino que fue creado en 2010 por los propios vendedores de carne de perro para incrementar sus ventas, que por entonces habían descendido notablemente.
Pese a que en 2017 entró en vigor una ley que prohibía la venta de carne de perro en mercados, restaurantes y otros comercios del país, las jaulas llenas de canes para ser sacrificados y los cadáveres de perro llenan las paradas del mercado de Dashchang en Yulin.
El macabro festival también ha resistido a múltiples críticas, protestas y campañas puestas en marcha por asociaciones y organizaciones animalistas. Este año el congresista demócrata estadounidense, Alcee Hastings, ha puesto en marcha una recogida de firmas a través de Change.org donde pide al alcalde de Yulin, Wei Tao, la prohibición definitiva de esta cruel tradición. Este ya cuenta con más de medio millón de firmas.
“Muchos de los animales del mercado están enfermos, envenenados y moribundos. Ellos sufren de condiciones horrendas durante viajes de larga distancia entre provincias, atravesando muchos días sin comida y agua, y pueden portar enfermedades contagiosas”, asegura Fong.
En un comunicado conjunto en la Organización Mundial de la Salud y la Alianza Global para el Control de la Rabia reconocieron la conexión entre el contagio de la rabia y el comercio de carne de perro en Asia.
El festival de Yulin, es una cita anual para celebrar el solsticio de verano, pero no es -al contrario de la creencia popular- una tradición arraigada en la sociedad china, sino que fue creado en 2010 por los propios vendedores de carne de perro para incrementar sus ventas, que por entonces habían descendido notablemente.
Por Vanguarida.