Los 8 millones de colones del premio echarán a andar un ambicioso proyecto, además del renombre para presentarse a optar por más recursos y apoyos
La Asociación Pro Museo Casa del Boyero tiene sus raíces 61 años atrás en el Comité de Boyeros de Venecia. Es la reciente ganadora del Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto 2020 (ver recuadro con criterio del jurado al final).
Con este reconocimiento nacional a la trayectoria y aportes a la salvaguardia de esta manifestación cultural, también viene una dotación económica de ocho millones de colones que les brindará el Centro de Patrimonio Cultural como instancia del Ministerio de Cultura y Juventud encargada del galardón.
“No nos lo esperábamos, pero sí sabíamos que el trabajo que habíamos hecho con el TCU Rebrembranzas, fue un trabajo muy bueno. Queríamos lograr más renombre para la Asociación y luego, al escuchar la noticia, fue de gran alegría para todos. Ahora esperamos tener más apoyo de parte de la municipalidad y otras instituciones al ver el trabajo que se ha venido haciendo; que nos puedan ayudar con recursos y capacitaciones para ir mejorando día con día. Para nosotros es un orgullo recibir este premio y esperamos que eso nos traiga beneficios a corto y mediano plazo”, expresó su presidente Rodrigo Barboza.
Según Barboza, la Asociación cuenta actualmente con 46 miembros, pero, en pro del objetivo que es hacer crecer y consolidar un museo oficialmente constituido hace solo cinco años, lo justo es sumar a los 25 estudiantes de la Universidad de Costa Rica quienes realizan su Trabajo Comunal Universitario allí, bajo la dirección del profesor e historiador Pablo Rodríguez.
Los estudiantes provienen de las más variadas carreras como: Antropología, Comunicación, Archivística, Diseño Gráfico, Arquitectura, Derecho y Administración, entre otras. Algunos de ellos y ellas se dieron a la tarea de investigar, recopilar información y sistematizarla para la postulación al premio; otros contribuyen, según su área, en el diseño de los futuros espacios que tendrá el museo y sus contenidos, como una gran maquinaria que echa a andar y agiliza los procesos. El Premio Emilia Prieto, fue el primer objetivo, más no el último.
Según comentó el presidente de la Asociación, los ocho millones del premio serán invertidos en los requisitos que deben presentar al Instituto de Desarrollo Rural (Inder) para conseguir los recursos y construir la infraestructura que han ideado para el museo. Se trata de estudios de suelos, levantamiento topográfico y planos constructivos, entre otros requisitos previos a la construcción, ya que los fondos del Inder solo son para utilizar en las obras. De esta manera, el premio Emilia Prieto se convertirá en la semilla que hará germinar el frondoso árbol en que espera convertirse el Museo Casa del Boyero.
De materializarse el apoyo del Inder, el Museo Casa del Boyero podrá levantar en el amplio terreno con el que ya cuenta, un ambicioso proyecto de aproximadamente tres mil metros cuadrados de construcción que incluye: anfiteatro, picadero para demostraciones de habilidades del boyeo, trapiche, una ruta para paseos en carreta, espacios para exhibición y para alimentación, entre otros, según explicó Pablo Rodríguez, encargado del TCU Remembranzas de la Escuela de Estudios Generales, UCR.
Para acceder a estos fondos públicos la Asociación debe presentar un extenso documento, donde se incluyen los estudios y planos en los que se invertirá el premio Emilia Prieto y que realizan con apoyo del TCU Remembranzas.
“Nosotros como TCU los estamos acompañando en la formulación de ese documento y desde la Universidad de Costa Rica les hemos conseguido, además, alianzas estratégicas para desarrollar una tesis de Arquitectura que defina cómo va a ser ese espacio, por ejemplo. Es un documento muy extenso que conlleva elementos de gestión administrativa, planteamiento arquitectónico, proyecto de desarrollo y otros elementos”, mencionó el profesor.
“Estos ochos millones del premio vienen a dar un respiro, porque con eso se pueden realizar los estudios, planos constructivos necesarios y otros trámites administrativos que hay que cumplir para poder recibir los fondos del Inder. Además, hay más fondos y otros apoyos no necesariamente económicos que podemos obtener y donde pensamos presentar también a concursar a la Asociación”, agregó.
Así las cosas, si la carreta fuera el Museo, un buey sería la Asociación y, el otro, el TCU Remenbranzas. ¿Y el boyero? Pues ese, la tradición, que guía un hermoso objetivo