Ottón Solís renuncia a su designación como representante ante la OCDE

  • Renuncia irrevocable fue presentada este miércoles al presidente de la República y al Consejo de Gobierno.
  • Solís señaló que como ha concordado con el presidente Alvarado en numerosas conversaciones “en la función pública siempre debemos poner los intereses de Costa Rica en primerísimo lugar”, y a eso se debe su decisión.

Confirmamos que este miércoles, don Ottón Solís Fallas presentó al Presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada y al Consejo de Gobierno su renuncia irrevocable a su designación como Embajador y Representante Permanente ante la OCDE.

Solís reiteró su agradecimiento al mandatario pero señaló que como han concordado en numerosas conversaciones “en la función pública siempre debemos poner los intereses de Costa Rica en primerísimo lugar”.

Por esta razón, Solís explica que esta decisión irrevocable la toma pensando exclusivamente en el bien del país.

Carta enviada por Solís al Presidente

Señor Carlos Alvarado Quesada
Presidente de la República
Estimado señor Presidente:


Su decisión, acompañada por el Consejo de Gobierno, de otorgarme la
responsabilidad de representar al país ante la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) ha desatado una serie de reacciones inundadas de
imprecisiones, mentiras e irrespetos a la Constitución.


Se ha dicho que me opuse al ingreso de Costa Rica a la OCDE, lo cual es totalmente
falso. Estudié -como es mi costumbre- en detalle cada uno de los documentos que emanaban
del proceso. Dentro de centenares de contenidos me opuse a dos. Primero, el documento
sobre agricultura contiene una fría, grosera y explícita manifestación de indiferencia ante el
hecho de que con la apertura comercial agricultores podrían ser desplazados de sus tierras.
Dentro de las soluciones se propone que el IMAS se haga cargo de mantenerlos. Consideré
y considero que esa salida asistencialista es ofensiva, arcaica y humillante para nuestros
agricultores. Sugerí que se eliminara de los documentos.


En segundo lugar, me opuse a la propuesta para en materia de garantías a los depósitos
en la banca, se hicieran modificaciones para mejorara la posición de la banca privada. Esto
afecta negativamente la principal ventaja relativa que ostenta la banca estatal que es la
confianza. Algunos sectores locales han luchado por esa “nivelación de la cancha” desde
hace décadas. Siempre me he opuesto porque la actividad bancaria privada es concentradora
de la riqueza, lo cual jamás debe ser promovido por políticas públicas.


No logré convencer sobre esos cambios. A partir de ahí seguí el proceso de cerca y
me sentí eufórico por Costa Rica cuando se logró la incorporación plena. ¡Y cómo no me
habría de alegrar! La OCDE, tal y como lo detalla el COMEX, “promueve un modelo de
crecimiento económico inclusivo, respetuoso con el ambiente y busca un Estado más
eficiente y transparente.” Además, la OCDE “lucha contra la corrupción”, por un modelo
“competitivo” y por “el mayor beneficio posible para todos sus ciudadanos”. Todos esos
conceptos corresponden al pie de la letra con mis desvelos y mis acciones en la vida pública.
Así que la participación en la OCDE ensancha el espacio y las posibilidades para que Costa
Rica aborde desafíos que siempre me han parecido prioritarios.


Por otra parte, un sector ha afirmado que no estoy calificado para asumir el cargo
porque los conocimientos requeridos supuestamente pertenecen a un reducido grupo,
asociado al COMEX. Estoy seguro que esa sectaria y descalificadora petulancia, la cual
cabildea alardeando con un fingido monopolio del conocimiento, no es compartida por los
mismos funcionarios del COMEX.


En mi caso, aparte del seguimiento cercano que he dado al proceso de incorporación,
conocía sobre la OCDE a profundidad, quizá como cualquier economista que se haya
interesado en la institucionalidad internacional asociada a los temas del desarrollo. Pero como
-aparte de rencillas politiqueras-, dentro de los que utilizan ese argumento puede haber
personas que sinceramente así lo creen, aprovecho esta carta para recordar a esas personas
componentes de mi CV que usted y el Consejo de Gobierno si conocen.


Tengo grados de economía de la Universidad de Costa Rica y dos de postgrado de la
Universidad de Manchester en Inglaterra, donde mi primer título fue conferido “Con
Distinción” por ser el mejor alumno de la clase. Hice estudios de doctorado y avancé mi tesis
en mas de un 70%. He publicado en Inglaterra y Estados Unidos artículos especializados de
economía revisados por pares anónimos. He dado clases en dos universidades inglesas
(Manchester y Reading), en tres de Estados Unidos (Georgia, Florida y Notre Dame) y en
tres en Costa Rica (UCR, UNA y la Universidad para la Paz). He sido Arbitro Académico
para la revista The Manchester School y Lector de Tesis de Maestría en la Universidad de
Reading (Inglaterra) y de Licenciatura en la Universidad de Costa Rica.


He sido contratado por RUTA (Banco Mundial), el PNUD, la OEA, el Gobierno de
Suecia, entre otros, como consultor o analista económico para varios países. Tengo
experiencia en negociaciones en el ámbito internacional, en razón de mis funciones como
Presidente del Consejo Interamericano Económico y Social de la OEA (1987-1988),
miembro del Equipo del Milenio para la Evaluación de los Ecosistemas (Naciones Unidas,
2001-2005), miembro del Grupo de Expertos en Administración Pública (Naciones Unidas,
2002-2006) y como representante de Costa Rica ante el BCIE (2018-2021), un banco
multilateral de desarrollo propiedad de quince socios de tres continentes.
Presumir ignorancia nos espolea hacia el estudio; por ello conjeturo que me falta
mucho por aprender sobre la OCDE. Pero de ahí a afirmar que no tengo formación y
experiencia relacionadas con el cargo es malintencionado.


Señor Presidente, se ha dicho que una de las razones para la oposición a mi
nombramiento por parte de algunas personas dentro del COMEX, obedece a que de asumir
el cargo haré fuertes recortes en gastos innecesarios y superfluos en la misión de Costa
Rica ante la OCDE. Es cierto que siguiendo la cultura de ahorro que usted ha ordenado a su
Gobierno desde mayo del 2018 y mi propia inclinación por la austeridad, revisaría a
profundidad el presupuesto para eliminar todo lo innecesario, ostentoso o abusivo, pero, a
este momento, no tengo información sobre el tema, por lo que esas especulaciones carecen
de fundamento.


Otro de los argumentos contra el suscrito, es que duraría en el cargo únicamente 10
meses, dado que un nuevo gobierno me sustuitiría en cuanto asumiera el poder. Quienes así
piensan confiesan una visión poco profesional y legitiman la politización partidista de
nombramientos que ahora critican. ¿Qué sucede si estoy desempeñando bien el cargo? De
acuerdo a esa visión esta sería una consideración irrelevante, pues asumen que
automáticamente una persona en un cargo de este tipo debe ser removida cuando cambia el
partido en el gobierno.


Eliminadas esas dudas, debo manifestarle que de todas las reacciones provocadas por
mi nombramiento, me preocupa sobremanera la disposición a bloquear la agenda legislativa,
reiterada por las vocerías de todas las fracciones políticas con la excepción de la del PAC.
En esa agenda se encuentran varios proyectos de ley los cuales son fundamentales para lograr
la estabilidad fiscal del país sin tener que recurrir a privatizaciones, despidos de empleados
públicos o cierre de programas sociales.
Ya un grupo de diputados había demostrado estar dispuesto a tomar decisiones
dirigidas a dañar políticamente al gobierno, sin importarles que con esas estratagemas la
verdadera víctima es Costa Rica. Hace unos meses impidieron la aprobación de créditos
dirigidos a sustituir deuda cara por deuda barata, lo que le costará al país alrededor de $20
millones por año durante más de diez años.


Por ello, no me ha sorprendido que ahora estén utilizando tretas para bloquear la
votación del préstamo con condiciones financieras concesionales, negociado por su Gobierno
con el Fondo Monetario Internacional. Han secuestrado el rumbo del país, exigiendo como
rescate mi cargo en la OCDE.
Bloquear la aprobación de leyes, ni siquiera por el contenido de las mismas sino para
forzar al gobierno a modificar decisiones que constitucionalmente le corresponden, es peor
que bloquear vías públicas como herramienta de presión para evitar que el Gobierno y la
Asamblea Legislativa avancen con esas mismas leyes. Es peor porque los diputados juraron
respetar la Constitución al asumir el cargo, lo cual no es el caso de los dirigentes de Rescate
Nacional y porque el bloqueo de una carretera afecta únicamente a las personas y empresas
que transitan por esa ruta, mientras que el bloqueo del avance de esas leyes en la Asamblea
Legislativa afecta a todo el país y por muchas décadas hacia el futuro.


Señor Presidente, usted ha dado muestras una y otra vez de tener a Costa Rica como
objetivo, prefiriendo la impopulararidad derivada de las acciones necesarias para enfrentar
viejos y nuevos desafíos a la acomodaticia irresponsabilidad de agudizarlos o ignorarlos. Una
vez más, hoy nos toca mostrar cuáles son los valores que nos han convocado en los últimos
20 años. Las circunstancias nos dan la oportunidad de ratificar que cuando se trata de Costa
Rica, sí hay políticos y grupos dispuestos a escalar las montañas éticas más elevadas.
Ante el peligroso antecedente que se establecería, este caso no debe terminar de una
manera que la Constitución y varios principios medulares para el buen funcionamiento de
nuestra democracia sean ultrajados. Si ante la situación creada usted solicitara al Consejo de
Gobierno mi destitución, desde lo más alto de la institucionalidad republicana se estaría
estimulando el atropello a la independencia de poderes y el uso del chantaje y la extorsión
como herramientas de negociación. También se estaría legitimando el socavamiento de las
funciones constitucionales de quien ejerce el cargo de Presidente de la República como
resultado de un proceso democrático que es ejemplar en el mundo.


Señor Presidente, hemos concordado en numerosas conversaciones que en la función
pública siempre debemos poner los intereses de Costa Rica en primerísimo lugar. En el tira
y afloja de los procesos políticos nunca debe tirarse ni aflojarse hasta el punto en que se hiera
al país, aunque los otros no tengan la razón. Al igual que Grusha en el Círculo de Tiza
Caucasiano de Brecht, debemos siempre preferir que la corrupta Natella se quede con el niño
antes que herirlo por jalarlo fuerte.


Por todo lo anterior, por este medio presento a usted y al Consejo de Gobierno mi
renuncia irrevocable al cargo de Embajador y Representante Permanente ante la OCDE.
Espero que esta decisión, la cual tomo pensando exclusivamente en el bien de Costa
Rica, al atender la verdadera e impresentable razón de los diputados, extermine sus excusas,
les haga deponer sus amenazas y procedan a votar favorablemente y con celeridad, el
préstamo del FMI y otros importantes proyectos de ley que esperan el trámite legislativo.
Le reitero mi agradecimiento, y le deseo lo mejor en la culminación de la agenda
sustantiva y transformacional que singulariza su gobierno.
Con afecto,