Cada 17 de mayo a nivel mundial se conmemora el Día Mundial de Hipertensión, una fecha en la que expertos, tanto médicos como otros especialistas aprovechan para hacer un llamado a la población sobre los riesgos que trae esta enfermedad para la vida de las personas que la padecen, así como el sufrimiento para sus familiares que se enfrentan a situaciones tan difíciles como infartos o derrames.
A nivel mundial, cifras de la OPS revelan que lahipertensión afecta entre el 20-40% de la población adulta de la región y significa que en las Américas alrededor de 250 millones de personas padecen de presión alta, Además, cada año ocurren 1.6 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en la región de las Américas, de las cuales alrededor de medio millón son personas menores de 70 años, lo cual se considera una muerte prematura y evitable.
En Costa Rica, los datos oficiales de la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud indican que al día se diagnostican 53 personas con hipertensión arterial; las últimas estadísticas registradas para el año 2021, notificaron 19.507 nuevos casos con hipertensión arterial.
Para la Dra. Gabriela Avendaño, medica general del sector público y privado, representante de Meditek y de la Cámara Costarricense de la Salud lo más preocupante y lo que poderosamente ha llamado la atención de los especialistas en los últimos tiempos es la cantidad de pacientes hipertensos con complicaciones secundarias como paros cardiacos y otros eventos cerebro vasculares como los derrames que están afectando cada vez a pacientes más jóvenes de entre 30, 40 o 50 años.
Las consecuencias de una pandemia
Para la dra. Avendaño la pandemia del Covid-19 sigue dejando secuelas en muchas enfermedades; en el caso de la Hipertensión, los daños son muy graves pues provocó que muchas personas cambiaran su estilo de vida a uno más sedentario para las personas que se quedaron en sus casas trabajando, accediendo a comidas preparadas que llegaban hasta sus casas y a que los niveles de estrés aumentaran.
“Hay muchos factores que modificaron el tipo de vida de la población que se quedó con esos cambios y si a eso le sumamos otros factores como la genética y hasta secuelas del mismo Covid entonces tenemos como resultado las consecuencias en muchos casos irreversibles que estamos viendo en muchos pacientes jóvenes”, comentó la dra. Avendaño.
Esta doctora explicó que después de la pandemia aumentaron los casos de mujeres y hombres de entre 30 y 40 años que requieren de un cateterismo cardiaco o que deben enfrentarse a secuelas irreversibles en edades productivas a raíz de su hipertensión.
El enemigo silencioso
Por su parte la Dra. Andrea Gamboa, representante del Hospital Virtual de Biotec y representantes de la Cámara Costarricense de la Salud coincide con su colega en cuanto a la necesidad de hacer un llamado a la población a mejorar los estilos de vida, a ser responsables con sus tratamientos, pero además a estar muy atentos a las posibles secuelas del Covid-19 y a entender que la Hipertensión es el enemigo silencioso que en cualquier momento puede ocasionar una muerte.
“Es urgente hacer un llamado a la población para que entienda que realmente ésta es una enfermedad silenciosa y progresiva que está matando a gente joven que no tienen un buen control médico”, añadió la Dra. Gamboa.
Para las expertas es fundamental que las personas se hagan sus chequeos y que si han sido diagnosticados con Hipertensión mantengan un estricto control médico, pero además adopten estilos de vida saludable y no se confíen, aunque se sientan bien. La Dra. Gamboa fue enfática en que de no cuidarse lo necesario los pacientes jóvenes podrán sufrir de infartos o enfermedades cerebrovasculares a los 50 o 60 años.
La Dra Patricia Fallas Villalobos, médico cirujano general de Lafemedica y representante de la Cámara Costarricense de la Salud explicó que, ante el creciente número de pacientes diagnosticados, es necesario adoptar inmediatamente estilos de vida saludables que incluyan dietas bajas en sodio, no fumado, actividad física regular y pesos adecuados.
“La obesidad y el sobrepeso hacen que la presión vaya subiendo, tenemos datos que por cada 5 kilos que la persona pierde de peso, la presión va a bajar de 10 a 15 mm de mercurio y es por esto que este punto es uno de los factores más importantes”, agregó la Dra. Fallas.