Las picaduras de escorpión, aunque dolorosas, raramente representan un riesgo vital, siendo los niños pequeños y los adultos mayores más propensos a complicaciones severas.
En los Estados Unidos, el escorpión de corteza, que habita principalmente en el desierto del Suroeste, es la única especie con veneno lo suficientemente potente como para causar síntomas graves. A nivel global, solo alrededor de 30 de las 1500 especies conocidas de escorpiones producen un veneno letal. Sin embargo, con más de un millón de picaduras anuales, las muertes por estas picaduras constituyen un problema de salud pública significativo en regiones con acceso limitado a la atención médica.
En términos generales, los adultos sanos no requieren tratamiento para las picaduras de escorpión, pero estas pueden tener efectos graves en niños pequeños. Los síntomas locales incluyen dolor intenso, entumecimiento, hormigueo, ligera hinchazón y sensación de calor. En casos más graves, especialmente en niños, pueden manifestarse dificultades respiratorias, espasmos musculares, movimientos inusuales de la cabeza y el cuello, babeo, sudoración, náuseas, vómitos, hipertensión, taquicardia, agitación o llanto inconsolable.
Similar a las reacciones alérgicas a picaduras de abejas, las personas previamente picadas por un escorpión pueden desarrollar respuestas alérgicas graves, como anafilaxia, con síntomas que incluyen urticaria, dificultad para respirar, náuseas y vómitos.
Es crucial buscar atención médica inmediata para niños picados por escorpiones. Los adultos deben también buscar atención si experimentan síntomas graves. En caso de emergencia, el centro para el control de intoxicaciones en los Estados Unidos brinda ayuda en línea (www.poison.org) o llamando al 800-222-1222.
Las picaduras de escorpión se producen cuando el aguijón de su cola libera veneno que contiene neurotoxinas, afectando el sistema nervioso. Estos artrópodos, relacionados con insectos, arañas y crustáceos, son nocturnos y raramente pican a menos que se sientan amenazados.
Factores de riesgo incluyen vivir, trabajar o viajar a áreas donde los escorpiones son comunes. Actividades al aire libre aumentan la probabilidad de encuentros, especialmente con el escorpión de corteza.
Las complicaciones más graves afectan a niños y adultos mayores, pudiendo llevar a insuficiencia cardíaca o respiratoria. La anafilaxia es una complicación poco común pero posible.
La prevención implica evitar el contacto con escorpiones mediante la eliminación de escondites potenciales alrededor del hogar, mantener áreas exteriores limpias, sellar grietas, inspeccionar y sacudir objetos que no se han utilizado, y tomar precauciones al viajar a áreas de riesgo.
En resumen, aunque las picaduras de escorpión generalmente no son mortales, se deben tomar precauciones, especialmente en niños, y buscar atención médica inmediata en caso de síntomas graves.