El Gobierno de Panamá envió una carta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para reafirmar que, según la Carta de las Naciones Unidas, los Estados miembros deben “abstenerse de recurrir a amenazas o al uso de la fuerza” contra la “integridad territorial” de otros países. Esta comunicación surge como respuesta a las recientes declaraciones del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien expresó su intención de “recuperar” el Canal de Panamá, lo que generó preocupación en las autoridades panameñas.
La carta, dirigida al secretario general de la ONU, António Guterres, y divulgada públicamente por el gobierno de Panamá, enfatiza que “los Miembros de la Organización deben evitar cualquier amenaza o uso de la fuerza en sus relaciones internacionales que comprometa la integridad territorial o la independencia política de un Estado”. Firmada por el embajador panameño ante la ONU, Eloy Alfaro, el documento también refleja el rechazo del presidente José Raúl Mulino a las declaraciones de Trump, quien acusó a China de intervenir en la operación del canal.
“El Canal es y seguirá siendo de Panamá. Su administración permanecerá bajo el control panameño, respetando su neutralidad permanente. No hay presencia de ninguna nación extranjera que interfiera con nuestra gestión”, declaró Mulino en respuesta a los comentarios de Trump, según consta en la misiva.
Solicitud al Consejo de Seguridad
En la carta, Panamá solicita a Guterres que transmita el mensaje a los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.
No obstante, el embajador Alfaro señaló previamente a EFE que no se considera oportuno, por el momento, llevar este asunto al Consejo, aunque reconoció que las declaraciones de Trump tienen el potencial de generar tensiones que el país no puede ignorar.
Durante su discurso de investidura, Trump afirmó que “China está operando el Canal de Panamá. Pero no se lo dimos a China, se lo dimos a Panamá, y lo vamos a recuperar”. Desde diciembre, el expresidente ha reiterado estas afirmaciones, acompañadas de críticas a las tarifas de peaje para buques estadounidenses, calificándolas de injustas.
El gobierno panameño ha desmentido estas acusaciones, asegurando que las tarifas y la administración del canal se gestionan de manera equitativa y transparente.
El Canal de Panamá, un paso estratégico de 82 kilómetros que maneja cerca del 3 % del comercio mundial, fue construido por Estados Unidos y puesto en operación en 1914. Sin embargo, el control de la vía fue transferido a Panamá el 31 de diciembre de 1999, gracias a los Tratados Torrijos-Carter firmados en 1977.
Desde entonces, el país ha reafirmado su soberanía sobre esta importante infraestructura, símbolo de su independencia y autonomía.