Frontera norte permeada por traficantes de ganado que alimenta a grupos mafiosos

El Tráfico Ilegal de Ganado: Un Problema que Atraviesa las Fronteras de Costa Rica

El tráfico ilegal de ganado y productos animales ha adquirido notoriedad en varias regiones, donde la frontera con Nicaragua se ha convertido en un punto crítico para el paso de animales de forma ilegal.

Esta actividad no solo afecta la economía y el bienestar animal, sino que también está relacionada con fenómenos como el lavado de dinero, un problema complejo que involucra a varias redes criminales y tiene serias implicaciones para la seguridad nacional y regional.

El Tráfico de Ganado: Un Negocio Ilegal que Florece en la Frontera

El comercio ilegal de ganado entre Nicaragua y Costa Rica es una de las prácticas más lucrativas para las organizaciones criminales en la región. A través de diversas rutas no oficiales, los animales, especialmente bovinos, caballos y cerdos, son transportados sin cumplir con los requisitos sanitarios y aduaneros establecidos por las autoridades de ambos países.


Esta actividad no solo pone en riesgo la sanidad del ganado y la salud pública, sino que también afecta la economía agrícola y ganadera, ya que los productos de estos animales podrían estar contaminados o infectados con enfermedades como la fiebre aftosa o la tuberculosis.

Los animales suelen ser transportados en condiciones deplorables, sin el debido control veterinario y sin los permisos de importación requeridos. Muchas veces, son desviados de los puntos de control oficiales y vendidos a través de mercados ilegales y subastas ganaderas clandestinas, donde se evaden los impuestos y los controles sanitarios.

Uno de los casos más frecuentes dentro de este tráfico ilegal es el de las caballos que, a pesar de ser animales de cría menos valorados en términos de producción de carne, se han convertido en una pieza clave en el comercio ilícito. Estos caballos, a menudo robados o adquiridos a través de transacciones ilegales, son vendidos sin los registros adecuados, lo que dificulta rastrear su origen.

Los cerdos, por otro lado, también representan una parte importante de este tráfico, debido a la alta demanda en el mercado clandestino para la producción de carne en mercados no regulados. Al igual que el ganado, los cerdos pueden ser portadores de enfermedades contagiosas que, en caso de entrar en el sistema alimentario sin el control correspondiente, pueden poner en peligro la salud pública de los consumidores.

Las Subastas Ganaderas y el Lavado de Dinero

Una de las principales preocupaciones asociadas con el tráfico ilegal de ganado es su vinculación con el lavado de dinero.

A menudo, los animales de origen ilegal son ingresados a las subastas ganaderas, donde se les da apariencia de ser parte de un negocio legítimo.

A través de transacciones fraudulentas y la utilización de intermediarios, los ganaderos y comerciantes involucrados en este tipo de actividades ilícitas logran “blanquear” el dinero proveniente de actividades criminales.

Las subastas ganaderas, que deberían ser un medio legítimo para la compra y venta de ganado, en algunos casos se han convertido en un canal utilizado por estas redes para ocultar el origen ilegal de los animales y el dinero involucrado.

El proceso incluye la creación de documentación falsa, la alteración de los registros de propiedad del ganado y el uso de empresas de fachada para dar una apariencia legal a los productos de origen ilícito.

Este lavado de dinero, además de ser un delito grave, alimenta otras actividades criminales, como el narcotráfico y el financiamiento de redes mafiosas.

El tráfico ilegal de ganado no solo pone en riesgo la salud pública y la seguridad alimentaria, sino que también tiene un impacto directo en la economía local y regional. Al evadir el pago de impuestos y tarifas aduaneras, las redes ilegales afectan la competitividad de los ganaderos que operan dentro del marco legal.

Además, la falta de controles sanitarios puede resultar en brotes de enfermedades animales que, a largo plazo, afectan la producción ganadera y las exportaciones del país.

Por otro lado, el lavado de dinero relacionado con este tipo de tráfico ilícito contribuye a la financiación de actividades delictivas que debilitan el Estado de derecho y generan inseguridad.

El dinero obtenido a través de estas transacciones ilegales puede ser utilizado para fortalecer estructuras criminales, creando un círculo vicioso que resulta difícil de erradicar.

Las autoridades de Costa Rica y Nicaragua han intensificado esfuerzos para combatir el tráfico de ganado y la criminalidad asociada a este fenómeno. No obstante, la lucha sigue siendo difícil debido a la naturaleza transnacional de estas redes y la falta de recursos para el monitoreo y control en las fronteras.

El fortalecimiento de los controles fronterizos, la capacitación de los funcionarios aduaneros y veterinarios, y la implementación de tecnologías de rastreo de ganado son medidas clave que podrían ayudar a frenar este tráfico ilegal.

Además, las autoridades deben colaborar estrechamente con organismos internacionales y con otros países de la región para desmantelar las redes de lavado de dinero vinculadas al comercio ilegal de ganado.

A medida que el tráfico ilegal de ganado y el lavado de dinero continúan siendo problemas crecientes en la región, es necesario que se implementen soluciones más efectivas que protejan tanto la industria ganadera legítima como la salud pública.

Las autoridades deben reforzar sus esfuerzos para cerrar los canales ilegales de comercio y asegurar que el ganado y los productos animales sean rastreados desde su origen hasta su destino final.

En este sentido, la tecnología juega un papel fundamental. El uso de sistemas de identificación electrónica para el ganado, la creación de bases de datos compartidas entre países y la mayor cooperación en el control fronterizo son herramientas que podrían marcar una diferencia significativa en la lucha contra el tráfico de ganado y el lavado de dinero en Centroamérica.

El tráfico ilegal de ganado y productos animales, vinculado al lavado de dinero, sigue siendo un desafío que requiere de una acción conjunta entre gobiernos, autoridades aduaneras, ganaderos y la sociedad en general.

Es fundamental trabajar en la construcción de un sistema que garantice el comercio legal y seguro, proteja la salud pública y mantenga la integridad del mercado ganadero en Costa Rica y la región.