El Estanco: Memorias de una Tradición Comercial en Costa Rica

Los Estancos del Consejo Nacional de Producción (CNP) representan una parte fundamental de la historia comercial y social de Costa Rica. Su origen se remonta a 1951, cuando comenzaron a operar como puntos de venta de productos básicos, ofreciendo artículos esenciales como arroz, frijoles, café, maíz, azúcar, manteca y harina.

Durante las décadas de 1960 y 1970, el CNP impulsó una política agresiva para expandir estos establecimientos a lo largo y ancho del territorio nacional. La visión era clara: cuantos más Estancos se instalaran, mayor sería la capacidad de diversificación y oferta de productos alimenticios para las comunidades.

Uno de estos emblemáticos establecimientos fue el Estanco Número 32, el cual tuvo un papel significativo en la vida de la comunidad. Su ubicación transitó por varios puntos estratégicos, desde las cercanías de lo que hoy es la Licorera Magu en su edificio antiguo, frente a la Singer de Ricardo Céspedez Jiménez

Una Comunidad que Construyó Historia

Los Estancos no sólo eran punto de venta, sino también un lugar de encuentro y trabajo para muchos vecinos. Entre los empleados más recordados se encuentran:

Cada uno de ellos aportó con su dedicación y esfuerzo al funcionamiento de este espacio que abastecía a la comunidad con una gran variedad de productos.

Los artículos más vendidos en el Estanco incluían verduras, frutas, carnes, implementos agrícolas, útiles escolares y fórmulas para la nutrición animal. El CNP se encargaba de proveer la totalidad de los productos y también de fijar los precios de venta.

Esto garantizaba que los precios fueran accesibles y estables, y los administradores tenían prohibido modificar los valores establecidos.

La dinámica de compra era sencilla y tradicional:

• El cliente se acercaba al mostrador y solicitaba al dependiente la cantidad deseada en libras.

• Todo se vendía al contado, sin créditos, tarjetas o medios electrónicos como los actuales SIMPE Móvil.

• Los productos eran de calidad, variados y a precios accesibles, lo que convertía al Estanco en un lugar indispensable para la economía familiar.

Era una experiencia de compra muy similar a la de una pulpería tradicional, pero con la particularidad de estar respaldada por una institución estatal y con el compromiso de ofrecer productos de primera necesidad a precios justos.

Un Legado que Vive en la Memoria

Recordar el funcionamiento de los Estancos es revivir una parte esencial de la historia comunitaria, donde la solidaridad, el trabajo y la cercanía eran parte del día a día.

Los Estancos del CNP no solo vendían productos, sino que también promovían la seguridad alimentaria, el acceso equitativo a bienes de consumo y fortalecían la economía local.

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