Desarticulan red en Alemania que envió 1200 kilos de cocaina de Costa Rica en frutas y verduras

Golpe certero al narcotráfico en Renania del Norte-Westfalia: cocaína y marihuana desde Costa Rica a Alemania camufladas entre frutas y verduras

Un operativo coordinado por la Policía de Essen sacudió el corazón de Renania del Norte-Westfalia el pasado 14 de abril, tras la detención de cinco presuntos miembros de una sofisticada red internacional de narcotráfico. La banda, según las autoridades, se especializaba en el transporte de cocaína y marihuana desde Costa Rica hacia Alemania, aprovechando la fachada del comercio legítimo para camuflar su actividad criminal.

Las capturas se realizaron en diferentes localidades cercanas al río Ruhr, una zona densamente poblada y con una infraestructura logística crucial para el comercio europeo. Durante los allanamientos, los agentes del operativo incautaron 200 kilos de marihuana, armas de fuego, teléfonos satelitales, documentos de empresas fantasmas, y más de 30.000 euros en efectivo.

Un “negocio verde” con doble fondo

La investigación reveló que los narcotraficantes operaban bajo la cobertura de empresas aparentemente legales, dedicadas a la importación de frutas y verduras congeladas desde Costa Rica. Sin embargo, entre las cajas de productos agrícolas viajaban, cuidadosamente ocultas, cantidades considerables de droga. Una vez en suelo alemán, los cargamentos eran almacenados en bodegas privadas, para luego ser distribuidos en furgonetas rotuladas con logotipos de compañías de paquetería, lo que facilitaba su tránsito sin levantar sospechas.

“Se trataba de un sistema perfectamente estructurado: empresas de fachada, rutas preestablecidas y distribución profesional. Hablamos de cargamentos con un valor que ronda los millones de euros en el mercado negro”, explicó un portavoz de la Policía de Essen.

Una estructura con jerarquía y conexiones peligrosas

Las autoridades estiman que esta red logró introducir al menos 1.200 kilos de cocaína en Alemania, consolidando su posición dentro del mapa criminal europeo. La célula contaba con una organización jerárquica estricta y lazos estrechos con clanes delictivos internacionales.

Los detenidos, cuyas edades oscilan entre los 27 y los 33 años, tienen nacionalidades alemana, siria, libanesa, turca y afgana, lo que sugiere un entramado multinacional con roles claramente distribuidos y niveles de especialización notables.

Costa Rica, en la mira como punto clave del narcotráfico transatlántico

Este golpe no es un hecho aislado. Los cargamentos provenientes de Costa Rica han sido cada vez más frecuentes en operativos antidrogas realizados en Europa. Solo en abril, oficiales costarricenses decomisaron 35 paquetes de cocaína escondidos en el sistema de refrigeración de un contenedor de fruta con destino a Hamburgo, el puerto más importante de Alemania.

En marzo, otra operación en Berlín permitió la incautación de 64 kilos de cocaína ocultos en vigas de madera teca, también enviadas desde Costa Rica. Seis personas fueron arrestadas entre las ciudades de Berlín y Essen como parte de ese caso.

Cooperación internacional a prueba

Ante esta creciente tendencia, las autoridades alemanas refuerzan su colaboración con organismos de seguridad costarricenses. El objetivo es claro: identificar los puntos de origen, rastrear las rutas marítimas y cerrar el paso al tráfico internacional de drogas que ahora utiliza contenedores refrigerados, frutas tropicales y madera como camuflaje.

El caso destapa, una vez más, cómo el crimen organizado se adapta, evoluciona y aprovecha las brechas del comercio global para extender sus redes. Y, a la vez, evidencia el reto monumental que enfrentan las autoridades para detenerlos antes de que la droga llegue a su destino final.

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