Mafia “Los Talibanes” de los Chiles ligada al tráfico de personas y mercancías

En el norte de Costa Rica, donde la frontera con Nicaragua se extiende por más de 300 kilómetros, un grupo conocido informalmente como “Los Talibanes de Los Chiles” ha captado la atención de vecinos y autoridades por su presunto papel en el tráfico de personas, drogas, mercancías ilegales y animales.

Este grupo no tiene un liderazgo conocido ni estructura formal, pero opera como una red de “coyotes” y guías fronterizos. Aprovechan la porosidad de la zona, el conocimiento del terreno y el escaso patrullaje policial en zonas como Medio Queso, La Trocha y El Jobo, para mover migrantes y contrabando hacia el interior del país.

“Ellos saben por dónde pasar sin ser vistos. Algunos son nacidos aquí, otros vienen de Nicaragua, pero todos conocen la zona como la palma de su mano”, comentó una fuente cercana a la comunidad bajo anonimato.

Cobros y amenazas

Los migrantes deben pagar entre $50 y $200 dólares para ser guiados por caminos clandestinos. Quienes no pueden pagar, muchas veces son abandonados en humedales, selva o incluso entregados a grupos rivales.

“Cuando los agarramos, muchos migrantes cuentan que fueron extorsionados o incluso golpeados por estos grupos. No hay humanidad en ese negocio”, indicó un oficial de la Policía de Fronteras.

Colaboración y miedo en la comunidad

Algunos vecinos han sido señalados por colaborar con los “Talibanes”, ya sea como informantes, transportistas o facilitadores logísticos. Sin embargo, el temor a represalias impide que la mayoría denuncie.

“A veces los vemos pasar con gente a pie o en motos, pero nadie dice nada. ¿Quién se mete con ellos?”, dijo un comerciante local.

Frontera norte: casi abierta para el tráfico de migrantes, drogas y animales

La frontera norte de Costa Rica con Nicaragua, de unos 309 kilómetros de extensión, se ha convertido en una ruta estratégica para el ingreso de migrantes indocumentados, drogas, armas, fauna silvestre y ganado robado. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, las condiciones geográficas y la limitada presencia estatal han facilitado la operación de redes criminales y de tráfico humano.

Zonas críticas: los puntos ciegos del ingreso ilegal

Los puntos fronterizos oficiales como Peñas Blancas (La Cruz) y Las Tablillas (Los Chiles) están bajo vigilancia constante, pero en los alrededores existen múltiples pasos informales o “puntos ciegos” por donde cruzan diariamente personas y mercancías de forma clandestina:

  • Medio Queso y La Trocha, en Los Chiles: zonas de humedales y caminos rurales. Lugar recurrente de ingreso para migrantes haitianos, venezolanos y africanos.
  • El Delirio y El Jobo, en La Cruz: pasos utilizados para el contrabando de ganado y el tráfico de personas.
  • La Trocha Fronteriza: construida por razones políticas, hoy es una autopista del tráfico ilegal.
  • Isla Calero y el delta del San Juan: pantanos y canales controlados en ocasiones por narcotraficantes, que usan el río para mover droga en lanchas.
  • Upala – zonas como San José, San Emilio y Bijagua: puntos rurales con vigilancia intermitente, facilitando el paso de migrantes.

El drama humano detrás del paso

Los migrantes enfrentan condiciones extremas: largas caminatas, explotación por parte de coyotes y el riesgo de ser capturados o víctimas de delitos. Según autoridades, en algunas semanas se han detectado hasta 200 personas cruzando de forma irregular solo en Los Chiles.

Tráfico de droga y fauna silvestre

Organizaciones criminales aprovechan las mismas rutas para el trasiego de cocaína, marihuana, armas y dinero, mientras que grupos ilegales también se dedican al tráfico de animales silvestres, como loros, tortugas y monos, además del contrabando de ganado para su comercialización en el mercado local.

Falta de recursos y vigilancia

La Policía de Fronteras, con recursos limitados, no logra cubrir toda la zona. Hay tramos de hasta 30 kilómetros sin presencia policial, según fuentes del Ministerio de Seguridad Pública. El uso de drones, cámaras o tecnología es escaso, lo que dificulta la respuesta rápida.

En la frontera norte de Costa Rica, que colinda con Nicaragua, hay aproximadamente 650 mojones o hitos fronterizos. Estos mojones son marcas físicas que se utilizan para delimitar oficialmente la línea fronteriza entre ambos países.

Detalles clave:

  • Extensión de la frontera norte: Tiene una longitud aproximada de 309 kilómetros, desde la desembocadura del río San Juan en el mar Caribe, hasta el punto tripartito entre Costa Rica, Nicaragua y Honduras en el cerro El Mogotón.
  • Ubicación de los mojones: Muchos están ubicados a lo largo del río San Juan, que forma gran parte del límite natural entre ambos países, así como en zonas montañosas y selváticas hacia el noroeste.
  • Tipo y tamaño de los mojones: Varían en forma y material, pero en general son estructuras de concreto o piedra con placas metálicas o inscripciones, y pueden medir entre 1 y 1.5 metros de altura. También hay algunos más pequeños o deteriorados por el tiempo.

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