El expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, de 89 años, atraviesa una etapa terminal de cáncer, según confirmó este lunes su esposa y también exvicepresidenta, Lucía Topolansky, en una entrevista con medios locales. Mujica se encuentra en su residencia, recibiendo cuidados paliativos y rodeado de sus seres queridos.
“Está tranquilo, con la lucidez de siempre, y rodeado de afecto”, afirmó Topolansky, visiblemente conmovida. La noticia ha generado una ola de reacciones a nivel regional, donde distintas figuras políticas, sociales y ciudadanos comunes han expresado su gratitud y admiración por quien fuera considerado una de las voces más auténticas y humanas de la política latinoamericana.
Mujica fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, y su estilo de vida austero —renunciando a los lujos del poder y donando gran parte de su salario— lo convirtió en un símbolo global de integridad y humildad. Su legado incluye una férrea defensa de los derechos humanos, la legalización de la marihuana con enfoque de salud pública, y su incansable lucha por la igualdad social.
En abril de este año, Mujica reveló que padecía un cáncer en el esófago, agravado por una enfermedad inmunológica preexistente. Desde entonces, su salud se ha deteriorado progresivamente.
Fuerza, Pepe. Tu ejemplo ya es eterno. América Latina te abraza.
