Un nuevo golpe al narcotráfico fue propinado por la Policía Control de Drogas (PCD) en la Terminal de Contenedores de Moín, en Limón, donde lograron incautar un cargamento de cocaína oculto dentro de un contenedor cargado con fruta fresca.
El decomiso se produjo luego de que oficiales de seguridad detectaran irregularidades durante un control rutinario con escáneres de rayos X. Según informó el Ministerio de Seguridad Pública, al observar anomalías en las imágenes obtenidas, los agentes procedieron a realizar una segunda revisión utilizando un escáner portátil manual, el cual permitió confirmar la presencia de sustancias ilícitas.
“Los policías identificaron anomalías a su paso por el escáner, razón por la que decidieron hacer una inspección con un escáner portátil manual, el cual fue de gran ayuda, pues terminó de confirmar la presencia del estupefaciente”, detalló el Ministerio en un comunicado oficial.
Durante la inspección minuciosa, se localizaron 50 paquetes de cocaína escondidos cuidadosamente en el sistema de refrigeración del contenedor. El cargamento tenía como destino final el Puerto de Amberes, en Bélgica, uno de los puntos clave para la entrada de droga sudamericana a Europa.
Un detalle que llamó la atención de los investigadores es que cada uno de los paquetes estaba marcado con la imagen de un caballo, una táctica común utilizada por organizaciones criminales para identificar los cargamentos según su procedencia o grupo responsable.
Este tipo de modus operandi —ocultar droga en cargamentos de exportación legal— ha sido cada vez más frecuente, lo que ha obligado a reforzar los controles en puertos costarricenses como parte de la lucha contra el crimen organizado transnacional.
Las autoridades continúan con las investigaciones para determinar si este caso guarda relación con otras operaciones de narcotráfico internacional que utilizan a Costa Rica como punto estratégico para el envío de droga hacia Europa.
