La tensión en Medio Oriente ha alcanzado un punto crítico. En las últimas horas, Irán lanzó un ataque directo contra Israel, marcando un preocupante escalamiento en el conflicto regional. Según fuentes oficiales y medios internacionales, los bombardeos estuvieron dirigidos a objetivos estratégicos, incluyendo zonas urbanas como Tel Aviv.
El gobierno israelí confirmó que múltiples misiles y drones fueron interceptados por sus sistemas de defensa aérea, aunque también se registraron impactos en infraestructuras civiles y militares. Las autoridades han declarado estado de emergencia en varias ciudades, mientras las fuerzas armadas israelíes evalúan su respuesta.
Este ataque se da en el marco de crecientes tensiones entre ambos países, especialmente tras recientes enfrentamientos en Siria y Líbano, y en medio del conflicto abierto en la Franja de Gaza. Analistas advierten que este episodio podría detonar una confrontación regional de mayores proporciones.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. La ONU y varios gobiernos, incluidos Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, han llamado a la moderación y al cese inmediato de las hostilidades, advirtiendo sobre el riesgo de una guerra a gran escala.
Hasta el momento no se ha confirmado el número de víctimas, pero se habla de múltiples heridos y daños materiales significativos. El gobierno iraní sostiene que el ataque es una represalia por acciones israelíes previas en suelo extranjero, aunque no se han dado detalles específicos.
La situación sigue en desarrollo, con reuniones de emergencia convocadas por el Consejo de Seguridad de la ONU y movilización de tropas en varios países de la región.