En la región italiana de Cerdeña existe un queso que ha desafiado las normas sanitarias, ha ganado fama mundial y ha puesto a prueba los estómagos más valientes: el Casu Marzu, considerado por muchos como el queso más peligroso del mundo.

Este singular producto lácteo, cuyo nombre significa literalmente “queso podrido” en sardo, es elaborado a partir de queso pecorino (de leche de oveja) al que se le introducen larvas vivas de una mosca llamada Piophila casei. Estos pequeños gusanos aceleran el proceso de fermentación, descomponiendo las grasas y transformando el queso en una pasta blanda, muy cremosa y con un sabor extremadamente fuerte, punzante y, según quienes lo disfrutan, inolvidable.

Pero no es apto para cualquier paladar. El Casu Marzu se consume con las larvas vivas aún dentro, moviéndose en la superficie. Muchos consideran que esto es parte del ritual, y creen que el queso pierde su esencia si las larvas están muertas. Por razones obvias, esto ha generado polémica y ha llevado a que su venta sea prohibida en muchos países de la Unión Europea por cuestiones de salud pública. Las autoridades sanitarias alertan sobre riesgos como infecciones intestinales, alergias severas e incluso parásitos si el queso no se consume con extremo cuidado.

? Dato curioso: En 2009, el Libro Guinness de los Récords reconoció al Casu Marzu como el queso más peligroso del mundo, título que solo aumentó su fama entre los más aventureros de la gastronomía.

A pesar de las restricciones, el Casu Marzu sigue produciéndose de forma artesanal y clandestina en algunas zonas de Cerdeña, donde es considerado un verdadero manjar cultural y símbolo de identidad. Incluso existen esfuerzos locales para reconocerlo como patrimonio alimentario tradicional, buscando formas de producirlo de manera segura y controlada.

? ¿Valiente o imprudente?

Lo cierto es que este queso divide opiniones: para unos es una delicia tradicional y valiosa; para otros, una prueba extrema del paladar humano.

Y tú, si tuvieras la oportunidad… ¿lo probarías?