Zorro pelón, el marsupial costarricense inmune a las mordeduras de serpientes venenosas

En los rincones de la Zona Norte de Costa Rica y otras regiones del país, vive un silencioso aliado de la ciencia: el zorro pelón (Didelphis marsupialis), también conocido como zarigüeya. Aunque muchos lo confunden con una rata o lo consideran una plaga, este marsupial guarda un sorprendente secreto: es inmune al veneno de serpientes altamente peligrosas, como la cascabel y la coralillo.

Según investigaciones científicas, este animal puede resistir hasta 80 mordeduras de serpientes venenosas sin presentar síntomas letales. Esta extraordinaria resistencia ha despertado el interés de biólogos y farmacólogos, ya que su fisiología ha sido clave para el desarrollo de antivenenos más eficaces y económicos.

Un antídoto accesible gracias al zorro pelón

Inspirados por esta inmunidad, científicos han logrado desarrollar un prototipo de antiofídico utilizando la bacteria E. coli para sintetizar proteínas similares a las que produce el zorro pelón. El resultado es un antiveneno potencialmente más económico y accesible, con un costo estimado de menos de un dólar por dosis, en comparación con los antídotos tradicionales que pueden costar entre $100 y $150 dólares.

Este antiveneno experimental ha sido probado exitosamente en ratones, protegiéndolos contra venenos de serpiente de cascabel y la temida víbora de Russell, aunque aún faltan estudios para confirmar su eficacia en humanos.

Un superviviente adaptable

El zorro pelón pertenece al orden Didelphimorphia, un grupo de mamíferos con características similares a los marsupiales australianos como el canguro y el koala. Posee una bolsa abdominal (marsupio) donde cría a sus hijos, quienes nacen prematuramente y terminan su desarrollo aferrados a las glándulas mamarias dentro del marsupio.

La hembra puede dar a luz hasta 20 crías en una sola camada, pero solo 9 sobreviven, ya que es el número de glándulas mamarias que posee. Se trata de un animal de hábitos nocturnos, solitario, con cola prensil y gran capacidad de adaptación.

El actor del bosque que se hace el muerto

Presente en cafetales, áreas agrícolas, bosques y caseríos, el zorro pelón es omnívoro y oportunista, alimentándose de frutas, insectos, pequeños vertebrados, basura y hasta restos de comida. Esto lo convierte en un limpiador natural de ecosistemas, aunque también lo hace blanco de prejuicios y amenazas humanas.

Una de sus estrategias más fascinantes ante el peligro es el comportamiento conocido como “tanatosis” o “hacerse el muerto”. Al detectar una amenaza, este animal entra en un estado de parálisis voluntaria, liberando un olor fétido que lo hace pasar por cadáver y disuade a muchos depredadores.

Una especie que merece ser protegida

A pesar de sus aportes ecológicos y científicos, la zarigüeya sigue siendo objeto de maltrato o caza en algunas zonas, donde incluso es consumida como alimento. Sin embargo, especialistas piden cambiar la percepción que se tiene sobre este mamífero, cuya existencia no solo beneficia al medio ambiente, sino que puede salvar vidas humanas.

Hoy más que nunca, la ciencia costarricense encuentra en su fauna nativa un laboratorio vivo para desarrollar soluciones médicas accesibles y reforzar la importancia de conservar la biodiversidad.

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